Fue presidente legendario del Colegio de Árbitros de Las Palmas y admirado promotor de colegiados de élite
Antonio Juan Díaz Rodríguez, el popular Antonio Peñarol -eterno presidente del Colegio provincial de Árbitros de balonmano- fallecía este martes en la capital grancanaria. El Tanatorio de San Miguel es el lugar donde se lleva a cabo su velatoria y donde este miércoles, a las 20.00 horas, se procederá a su incineración, según nos informa Tomás Peña, que fuera colegiado y ahora dirigente del Canteras UD.
En el saber estar de Peñarol germina una colección de colegiados que, generación tras generación, fueron creando escuela hasta el advenimiento actual de la pareja olímpica grancanaria (Oscar Raluy y Ángel Sabroso), participantes en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde este colectivo ha hecho cumbre.
"Equivocarse, siempre; arrugarse, nunca", era la frase que transmitía Peñarol a sus afiliados del colegio de Arbitros y que hace unas fechas recordaba en Tinta Amarilla.es Juan J. Santana Ojeda, firma con documentadas apariciones en nuestra web. De Peñarol, decía Ojeda lo siguiente:
"El nivel de juego de nuestro balonmano se rubricó con el ascenso del Canteras UD en masculino y del Tirma Gran Canaria en féminas a Categoría Nacional. Y el colectivo arbitral de la época no desmereció en logros consiguiendo el ascenso a la División de Honor Pepe Cubas y Paco Luchoro (antes que nuestros equipos). Luego lo logramos otras generaciones, como fue mi caso, Rubén Cáceres, Álvaro de Castro... hasta llegar a la actualidad con la primera pareja arbitral del balonmano español y de la esfera internacional, nominados a los próximos Juegos Olímpicos, los grancanarios Ángel Sabroso y Oscar Raluy.
Desde aquí deseo manifestar el reconocimiento a Antonio Peñarol como el responsable de haber creado un colectivo arbitral fuerte, numeroso y con un nivel técnico de excelencia, generando competividad entre los compañeros para arbitrar los partidos de mayor interés y luchar por los ascensos de categoría.
Recordemos aquellas tardes de cada viernes donde los clubs debían pasar por el Colegio de Árbitros para pesar y medir los balones y allí, Peñarol, con el bote de Pelikan pegaba el sello de papel sobre la válvula de cada pelota. Y de cómo pasaban las horas mientras confeccionaba las designaciones tras borrarlas una y otra vez hasta quedar conforme a su criterio.
Nadie se atrevía a discutir sus decisiones, hasta el punto que en una ocasión rompió el cristal de su mesa de un puñetazo poniendo orden en aquella habitación donde nos podíamos reunir más de treinta árbitros cada viernes: Eugenio de Armas, Sánchez, Álvarez, Quesada, Peña, Luchoro, Alonso, José Hernández., Vicente Llorca, Marcos, Mariño, Julio Rodríguez, Martorel......... Sufríamos sus críticas hasta avanzadas horas analizando equivocaciones con el consiguiente malestar de los vecinos del edificio. Luego, en las canchas, era nuestro firme defensor ante cualquier posible incidente.
Se jugaba un Canteras UD contra el Gran Canaria de categoría juvenil para dilucidar el campeón y arbitraban Marcos y Mariño en la cancha del López Socas. Partido bronco, muy duro, hasta el punto que Rosa, jugador del Gran Canaria, acabó con el tabique nasal partido. Al término del encuentro, ganado por el Canteras, se atisbaba que podrían ocurrir incidentes y los árbitros alcanzaron el vestuario subiendo por las gradas rápidamente. Antonio Peñarol se colocó en la puerta del vestuario arbitral y con unas cuantas palabras amenazantes calmó los ánimos de unos y otros. Yo jugaba en el Gran Canaria y comenzaba a arbitrar en Los Juegos Escolares y Antonio me tuvo un mes sin designarme partidos. "genio y figura..."
Las tertulias interminables tras los partidos con Leoncio, Nordelo, Eduardo Fernández, Luchoro, Fernando Sánchez..... Pero solo Paco Álvarez le conseguía hacer perder los estribos para terminar diciéndole: como eres un "maestro escuela" te crees saber más que nadie y luego yo tengo que estar para salvarte el pescuezo .."