Anatolie aprende a trabar una burra
20/05/2013

Juan Espino, instructor del bregador siberiano que aprende lucha canaria para mejorar de cara al Mundial MMA que se disputa en Canadá

Manuel Borrego

Anatolie Ciumac (40 años), bregador curtido del concierto internacional, quería conocer de dónde saca Juan Espino Trota tantos recursos para convertirse en uno de los invencibles de los tatamis. Había oído hablar de la lucha canaria y le pidió al puntal A grancanario clonar con exactitud su preparación para poder ir con otro aire al Mundial de MMA, que se disputa del 12 al 15 de junio en London (Ontario, Canadá). Por eso el peleador siberiano, nacido en Bodoibe "cerca del lago Baikal", señala, está en Gran Canaria, luciendo ropa de brega y escuchando con atención las explicaciones de su amigo y principal oponente a nivel internacional. Porque Juan es maestro de Anatolie y su verdugo: "ganarle será difícil, si no imposible. Es el único luchador con el que no he podido, por eso quería aprender" dijo el atleta ruso.

La lucha canaria se convierte, pues, en herramienta de trabajo y amistad. También se incorpora al grupo el malagueño Fran Alcalde, en opinión de Espino Dieppa, "uno de los mejores especialistas del país en grappling", que debido a una lesión se obliga a observar las evoluciones de los demás deportistas que este lunes participaron en un entrenamiento con fines instructivos, celebrado en el terrero del Almogarén.

Anatolie salió entusiasmado luego de caer una decena de veces ante luchadores de menor talla y peso que su 1.90 y 120 kilos de peso. Él es actual medalla de bronce europeo del máximo peso representando a Rumanía. "Nací en Siberia, soy ruso, pero a los 16 años me nacionalicé rumano para competir en la universidad, en lucha grecorromana", apunta a Tinta Amarilla tras saborear sus primeros pasos en un terrero. "Había oído hablar de la lucha canaria. Vine a verla la semana pasada (Almogarén-Adargoma, de lucha corrida) y he probado un par de veces. Me he divertido muchísimo en la arena", confiesa. Cada vez que caía se levantaba con una sonrisa, especialmente cuando el juvenil Kevin Hernández escapó de sus brazos y logró vaciarle con agilidad. "Ese pequeño hace muchas trampas", señalaba con sorna. "Es fantástico comprobar cómo no es importante el peso o el tamaño para que un luchador canario de menor tamaño gane. Es una de las cosas que más me gusta".

Ciumac analiza el deporte vernáculo: "Creo que no es tan importante el físico. Se necesita mucha inteligencia para resolver con pocas técnicas de lucha, porque no se manejan muchas. No tengo dificultad en aprenderla aunque hay aspectos que son permitidos en otras modalidades y que aquí supone la eliminación". Se refiere a la tendencia natural a tocar el suelo con la mano, permisible en otras disciplinas. "Creo que practicar lucha canaria haría que ganara en posicionamiento ante el rival, porque se mejora en desplazamientos y también equilibrios. Es muy interesante y, sobre todo, divertida".

TROTA: "LES MUESTRO NUESTRO DEPORTE Y NUESTROS VALORES"

Juan Espino es el anfitrión. Es un profesor exprés para sus colegas. "Mi propósito es enseñarles nuestro deporte y nuestros valores. La lucha les puede servir para que tengan un punto de vista diferente del deporte y como refuerzo para mantener el equilibrio en otras disciplinas. Ellos han venido a aprender y a prepararse. Son magníficos luchadores, con ganas de probar todo".

Alcalde -imagen de la izquierda- observa atentamente lo que pasa en la arena mientras se recupera de una lesión, producida precisamente en un entrenamiento de lucha canaria. Considera que "es un deporte donde se desarrolla la fuerza explosiva. Tiene menos técnicas que otras especialidades luchísticas, sin embargo no es tan sencillo de aplicar como a simple vista parece".

Se fija en que "el tren inferior de los luchadores es muy potente, porque en pocos minutos hay que desarrollar mucha potencia. Me llama la atención también que el deportista de mayor peso no tiene por qué dominar ante otros de inferiores medidas. He visto agarradas espectaculares en este tipo de cruces".

Recuerda el ruso Anatolie que "en Rumanía se practica también una lucha parecida: la tártara. Tiene las mismas reglas que la canaria pero se diferencia en que se usa un pañuelo para el agarre. Al final, el vencedor sale con un cordero a hombros. Si me llevo a Trota seguro que allí también acaba ganando una pieza".

Fran Alcalde, Juan Espino y Anatolie Ciumac, este lunes en Valsequillo (C. Torres)

 

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