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Carnevali: vivencias de un Mundial

Hace cuatro décadas se produjo el debut de un jugador de UD Las Palmas en una fase final (Alemania 1974). "Argentina aprendió en aquel torneo, corrigió su estilo y la manera de preparar a la selección. Allí empezó a nacer el equipo que fue campeón cuatro años después"

  • AMARILLOS DE SIEMPRE
  • 01/06/2014 - 11:27

Manuel Borrego

Cuarenta años atrás hacía su debut en una fase final de la Copa del Mundo un jugador de la UD Las Palmas: Daniel Carnevali (4 de diciembre de 1946) era el arquero titular de una Argentina de fútbol elegante, de notables futbolistas y representantes de un balompié que ya había sido finalista en la primera edición disputada en 1930 en Uruguay. El meta rosarino conocía las profundidades del fútbol europeo a través de su participación en la Liga española con el representativo grancanario, el equipo que le cautivó y del que todavía no ha logrado desprenderse. En realidad, no lo hará jamás. Carnevali antecede al chileno Manuel Neira (contratado por Las Palmas durante la concentración previa al Mundial de Francia 1998, como así el club comunicó entonces si bien su firma misteriosamente se formalizó tras el torneo) y al persa Masoud Shojeai (este domingo, confirmado por Carlos Queiroz como integrante de la selección de Irán en 2014).

Daniel fue a un Mundial donde se reunieron porteros de leyenda para defender a las principales selección de la competición: Sepp Maier (Alemania Federal), Dino Zoff (Italia), Emerson Leao (Brasil) y Jan Tomaszewski (Polonia), además del arquero de UD Las Palmas que entonces había adelantado a Ubaldo Fillol en la titularidad de la albiceleste.

Pero Argentina fue en aquel torneo de 1974 una de las principales decepciones. Había reunido un extraordinario elenco de futbolistas con el trío mágico de Huracán (Babington, René Housseman y Brindisi), dos experimentados futbolistas de un Atlético de Madrid pujante (Heredia y Ratón Ayala), el goleador de Central (Mario Kempes), el cerebro de River (Quique Wolff), el zaguero principal de Racing (Perfumo) y una compañía de ágiles y técnicos jugadores capaces de deslumbrar en las competiciones de Sudamérica: Yazalde, Chazarreta, Glaría, ... pero no, no cuajaron: "soy de los que piensan que la selección de 1974 llegó al Mundial con más nombre que la del 78, equipo que sí alcanzó el título. Había grandes individualidades pero la preparación del combinado no fue la correcta. Los que estábamos en otras ligas llegamos tarde a la concentración y desde el principio se generó una división interna. Había calidad para haber hecho un mejor papel en el campeonato pero el grupo estaba fraccionado. Además, creo que nos faltaba el contacto con el fútbol europeo y eso lo pagamos en la Copa del Mundo", comenta a Tinta Amarilla.

En Gelsenkirchen conoció la verdadera Naranja Mecánica

Carnevali jugó 5 de los 6 encuentros de su país: contra Polonia (derrota 2-3), Italia (1-1), Haiti (4-1), Holanda (derrota 4-0) y Brasil (derrota 1-2), pero no lo hizo ya en la despedida con la República Democrática de Alemania (1-1). Su debut ante los polacos vino aderezado por un error en una salida, que aprovechó Szarmach, pero se rehízo para ayudar a la clasificación para la segunda fase. Curiosamente una de sus mejores actuaciones se produjo en la goleada a Holanda: allí conoció a la verdadera ‘Naranja Mecánica' que lideró Johan Cruyff: "Holanda sí produjo cambios importantes en el concepto futbolístico de la época. No se había visto un equipo con tanta capacidad técnica y movilidad como la que aquellos jugadores mostraron en ese Mundial; no se había trabajado nunca antes así. Rotaban posiciones y hombres constantemente durante el partido, de forma colectiva y dinámica, sorprendían a todos los rivales. Era muy complicado jugar contra aquel equipo, al margen de que nosotros no estábamos acostumbrados a enfrentarnos al estilo europeo salvo algunos encuentros de la gira previa que disputamos contra Inglaterra, un equipo alemán y la propia Holanda. Pero la Naranja Mecánica no sólo sorprendió a Argentina sino a todos con los que se midió en la competición".

Daniel tuvo bastantes intervenciones en el partido pero no pudo evitar, con sus compañeros, un resultado abultado con el que los neerlandeses mostraban sus credenciales para disputar la final: "A Cruyff le conocíamos porque nos habríamos cruzado en la Liga española. Su estilo no era un secreto. Pero es que junto a él había siete u ocho jugadores de gran nivel técnico y táctico. Impresionaba verles mover en el terreno de juego; sorprendían permanentemente a todos los equipos. Si querías marcar a Cruyff, de repente estaba jugando como defensa central y el peso del equipo lo llevaba otro compañero. Pero", añade el meta, "en la final curiosamente no lo demostraron cuando tenían que disputar el título frente a Alemania. Hicieron un gol pronto, pero quisieron variar su estilo metiéndose atrás, con Johan como otro zaguero más; sin embargo los alemanes, empujados por su gente, le ganó justamente ese final".

El paso por el torneo le dejó huella porque "representó mi presencia en Alemania alcanzar una de mis metas profesionales, después de venir a Europa para incorporarme a Las Palmas. Estábamos todos ilusionados con ese Mundial aunque luego las cosas no salieron como habríamos deseado. Pero el recuerdo que dejó en mí fue inmenso. Vivir el Mundial por dentro fue impagable".

La semilla de un título mundial

"Aquello que le ocurrió a Argentina en el Mundial de Alemania fue un aprendizaje para todos. De ese error nació el título logrado cuatro años después en Buenos Aires. Porque se corrigieron muchas cosas organizativas para favorecer el rendimiento de la selección. Había un gran grupo deportivo pero trabajo como selección no se tenía. Se transformaron todas las cosas, porque se hizo un equipo muy federativo para el que participaron todas las ciudades de Argentina. Y la selección se planteó el Mundial en casa de otra manera, planificándolo para disputarlo como los europeos. Los amistosos ya no eran como antes con Paraguay o Bolivia, sino se puso en forma al estilo con el que creía que podía ganar el Mundial, como así ocurrió". Y otra vez contra Holanda.

Carnevali, tras su actuación mundialista frente a Brasil (1-2) en la que marcó Brindisi para Argentina y resolvió Jairzinho para la canarinha, se despidió del torneo germano y también de la selección ya que resultó ser su último encuentro internacional. Ya centraría todo su esfuerzo en la UD Las Palmas aunque en 1982 con 35 años de edad, en vísperas a jugarse la Copa del Mundo en nuestro país, era el cuarto portero de César Luis Menotti ante una eventualidad. "Pero ese caso no se dio".

Un detalle del reportaje que la prestigiosa revista El Gráfico realizó a Daniel Carnevali, entonces jugador de la UD Las Palmas. El arquero era entonces el indiscutible titular de la selección albiceleste