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Un partido desbocado en sus cuatro estaciones

El gran ambiente del Arena no recibió el esperado premio del pase a las semifinales. La historia recordará este partido con un desenlace impregnado por la tristeza

  • COPA DEL REY
  • 20/02/2015 - 18:13

B.P.

El esperado partido de cuartos de final de la Copa del Rey de baloncesto, en donde actuaba el anfitrión del torneo, acabó con la temida decepción en un encuentro desbocado, que no tuvo dueño, que cambió de mano varias veces y que sentenciaron los jugadores del Joventut. Tuvieron más frialdad en el momento de la verdad, con los 21 puntos de Vidal y canastas suyas determinantes cuando el atasco volvió a aporarse del ataque local. Así, con el pase badalonés sellado, los cuatro teóricos favoritos, cabezas de serie en el sorteo, siguieron adelante en la competición para las semifinales de este sábado: Barcelona-Unicaja y Rela Madrid-Joventut.

El Gran Canaria cedió el testigo por ese 67-74 en cuatro estaciones bien distintas y protagonistas diversos del partido. La afición lo vivió con intensidad e hidalguía: Animó a los suyos y premió a los vencedores, especialmente a Savané que tuvo que abandonar la pista del nuevo templo deportivo de la isla entre lágrimas. Emociones de antaño y de ahora.

Fontaneros Kuric y Summers

Un cruce de cuartos de final es el más preparado de este tipo de torneo octogonal. Después del sorteo los técnicos tienen días, semanas, para pensar cómo frenar al oponente y cómo extraer el producto propio. Entre Gran Canaria y Joventut había mucho respeto previo, quizá en exceso. Entre errores en los lanzamientos y los aciertos defensivos vinieron a explicar el 16-11 de la primera etapa de diez minutos. Los dos rivales no salían del 2-2 durante tres minutos, pero entonces aparecieron los primeros fontaneros del partido, que fueron amarillos. Kuric abrió la serie de triples y con un parcial de 8 puntos dio las primeras rentas del Gran Canaria. Maldonado, con su habitual cruce de brazos, movió las manos para formar la primera T de la noche con 12-7. Pero el segundo hombre protagonista del ataque amarillo iba a ser Summers, con dos canastas de bailarín bajo la zona. El Gran Canaria tenía por delante el partido narrando su argumento.

Savané, aclamado en la presentación por los 10.000 del Arena, era ya el más entonado de los de la Penya. Entendió bien su papel e, incluso, fue quien firmó el tapón inicial del partido ... sobre el especialista en esta materia, Tavares.

8 minutos de ausencia grancanaria

La segunda fase del encuentro no parecía estar tampoco en el guión. El Gran Canaria fue el equipo que desapareció del partido durante ocho minutos, en los que perdió el timón del encuentro. Su tiro exterior no funcionaba, ni siquiera con la presencia del finlandés Salin, permitió rebote y movimientos de ataque del Joventut. Mallet se equiparó a Kuric, con 8 puntos propios en el momento del despegue de un sorprendido equipo visitante que se adueñaba de la situación y hacía silenciar levemente el ánimo del pabellón.

La casta de Eulis Báez, con una canasta tras rebote y un triple, levantó la cara al representante isleño que se fue al descanso experimentando el tránsito de un +5 a un -6 por la parada del cronómetro con el 28-34 en el tanteador. Los relevos constantes de García Reneses buscando al hombre inspirado no surtieron el efecto esperado y, como casi toda la temporada, el Gran Canaria transformaba su propia atmósfera de una cara a la otra de la eliminatoria.

La tortilla cambió lado otra vez

El tercer cuarto también respondió a la norma de todo el partido: pocos puntos, un equipo que se atasca y cambio de testigo, esta vez sacando provecho de ello el Gran Canaria. El Joventut se extravió en la pista sin tanto acierto porque sus hombres ya no estaban cómodos en el tiro, ni siquiera Mallet. Apenas tres canastas en juego pudieron anotar los hombres de Salva Maldonado, mientras el Gran Canaria apeló a la garra de Newley y al buen quehacer bajo los tableros de sus sacrificados pivots, en especial Kendall. Sin ser brillante, el equipo local volteó el partido con otro parcial importante que pareció tener señales de definitivo (9-0) y que levantó el ánimo del público también.

Kuric volvió a anotar un triple de valor en el 47-41, dando la sensación de que era él el tirador menos afectado por la presión que invadió a todos los actores del partido. El Gran Canaria se movió con rentas a su favor sin lograr despegar a su rival.

El peso de la historia

Pero el desenlace cayó del lado del Joventut. El Gran Canaria sufrió un nuevo y definitivo pinchazo en el tercer cuarto. Cuando era difícil templar el pulso, Vidal estuvo suelto en esos momentos. Dos triples suyos en el inicio de la recta final anunciaron los acontecimientos definitivos. El Joventut supo aguantar el tirón y plantarse con menos carga sobre sus espaldas. A tirones, Newley y Bellas trataron de enganchar otra vez a los amarillos pero la suerte, la mala suerte, estaba echada. La Copa, como aquella Supercopa como anfitrión en el Centro Insular, pasa a la historia con un borrón deportivo. Pero no lo otro. El espectáculo sirve. Y el público es el único que se mantendrá en su escenario.

Reportaje gráfico: C. Torres