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Jonay Alemán

"Esta final no la voy a olvidar en la vida"

"Repetiría todos los años en el Gran Canaria Arena. Creo que la lucha canaria ha dado un salto de calidad como deporte tras este encuentro"

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  • 11/02/2017 - 15:43
"Esta final no la voy a olvidar en la vida" Pepe y Jonay Alemán, los hermanos campeones con el Estrella de Sardina del Sur (C. Torres)

Manuel Borrego

Jonay Alemán ha sido otra vez uno de los grandes animadores de la Liga de Gran Canaria, en su primera temporada como integrante del CL Estrella. El destacado A se estrena al compartir un título con su hermano Pepe, colmando su felicidad todo lo acontecido en el Gran Canaria Arena este viernes, donde fue uno de sus protagonistas estelares.

"Esta final no la voy a olvidar en la vida", comenta aún emocionado a los lectores de Tinta Amarilla. "Lo ha tenido todo, creo que dimos también un buen espectáculo. Pero fue un día distinto a todos en ese pabellón. Sentíamos algo especial en él. Si fuera por mí, este tipo de finales las repetiríamos cada año en el Gran Canaria Arena. El gran ambiente hizo que los luchadores de los dos equipos tuviéramos un plus".

Jonay lo ha saboreado con máxima intensidad. A título personal, porque "este campeonato me llega para hacerme olvidar algunas temporadas muy malas que he padecido". Y a nivel colectivo también. "Por el bien de nuestro equipo, que necesitaba una recompensa así. Y por el de la lucha canaria. Esta final es un salto de calidad para nuestro deporte. Tenemos que aprovechar este momento para dar un impulso a nuestras competiciones".

Y, además, coincidieron en los banquillos de los equipos contendientes sus dos mentores: Francisco Bethencourt y Juan Martel, que "dirigían respectivamente al senior y juvenil del Roque Nublo cuando yo empezaba en la lucha canaria".

Tembló el suelo del Gran Canaria Arena

Desde dentro, el bregador grancanario vivió intensamente la jornada para que se había preparado a conciencia. "Las gradas estaban impresionantes. El público, el de los dos equipos, se mostró fantástico animando. La afición del Gáldar era muy numerosa. Cuando los aficionados empezaron a saltar pensé: ¿de dónde saldrán estos tambores?. Sin embargo luego me di cuenta cuál era la procedencia. El suelo del pabellón temblaba. Fue un momento con mucha magia", reflexiona sobre los acontecimientos de la noche del viernes.

Y en el epílogo de la velada, el título viajó para Sardina del Sur. "Este éxito es el colofón a una gran temporada de todo el equipo y mía personal", añade. "Han sido muchos meses de sacrificio, desde que comenzamos. El grupo tuvo una enorme unidad interna y la competitividad en los entrenamientos ya hacía presagiar el nivel que podríamos adquirir".

En su caso, además, tuvo que realizar una remontada. "Venía de una lesión en el brazo de la pasada campaña. Me dolía durante mucho tiempo. Pero el trabajo de los recuperadores, la excelente labor de nuestro preparador físico, Juan García, y el espíritu del mandador Paco El Palmero ha hecho que mi labor fuera a más durante toda la Liga".

Me quito el sombrero por Lajo

Y no quiere dejar atrás a un compañero que ha pasado desde las Antípodas de sus relaciones a ser un amigo con el que ahora conserva una gran fidelidad. "¡Mira que con Lajo las he tenido siempre!. Pero ahora estamos juntos y hemos hecho una relación deportiva y personal muy cercana. Somos amigos y compañeros. Él ayuda a ser mejores a los demás. Me quito el sombrero por Lajo. Es como un chiquillo de 20 años que acude a cada entrenamiento a aprender y a darlo todo. Tiene a veces tantas ganas de entrenar que yo mismo me sorprendo. Porque no lo hace de cualquier manera. Cada entrenamiento con Lajo es máxima tensión, sea quien sea el rival. Me alegro también por él, porque ha sufrido mucho estas temporadas para ahora disfrutar de este momento".

Su convicción era absoluta. "Desde que llegué al Estrella he sentido el cariño y el aprecio de toda la gente del club. Eso ayuda mucho a que uno lo de todo. Cuando nos metimos en la final, hace algunas semanas, ya solo tenía en la cabeza un objetivo: ganarla. Pensaba en todo este tiempo en que si salía con Rayco Santiago tenía que sumar el punto; si era con Kevin Acosta o con Moisés Pérez, igual. Sólo quería lo que he logrado; por mí y por mis compañeros".

Su momento en el encuentro decisivo lo tiene claro: "Rayco salió muy fuerte. Lo estaba pasando mal y ya fui a por todas arriesgando. En el momento en que logré derribarle y empatar la eliminatoria sentí una explosión de alegría por dentro. Sabía que ya estaba cerca nuestra victoria. Aún pienso en ese instante, abajo en la arena y con toda la afición celebrándolo, y se me pone el vello de punta. Quiero volver a vivirlo; eso espero".