UD-Betis: dos con caras alargadas

Los amarillos se miden a un rival con un defecto similar: encaja gol en todos los desplazamientos

Manuel Borrego

No es completo el consuelo de mirar con tranquilidad la clasificación a falta de ocho jornadas para el final del campeonato. No lo es porque el motor de la ilusión ha recibido arena en la segunda vuelta. Y lo que parecía un parque temático del fútbol amarillo se ha convertido en un colectivo de profesionales con caras largas, apenados por la oportunidad malograda y en galopante decadencia futbolística.

Ese dibujo es para Las Palmas. Pero es que enfrente va a encontrar a otro equipo con idénticos signos anímicos y un dato en común: el Betis encajó gol en todos los desplazamientos de esta temporada. Aunque, a diferencia de la UD, supo ganar tres partidos a domicilio frente a rivales con dudas en su juego como fueron Valencia, Osasuna y Málaga.

Es, pues, un partido con riesgo para los amarillos, que necesitan cerrar sus matemáticas de la permanencia para el miedo del que habla Setién (lo ha visto en sus jugadores en Vigo y Elche, según dijo) no acabe convirtiéndose en pánico. Porque hasta que los dos pies acaben tocando tierra nadie puede sentirse salvado del oleaje.

En el entorno del Betis se habla con temores sobre el futuro de Víctor Sánchez del Amo, precisamente debutante contra Las Palmas en la primera vuelta. En aquel momento, con dos jugadas ensayadas durante la semana batió a una UD que llegó al Villamarín sin la tensión necesaria.

El Betis, con Rubén Castro, es un equipo al que temer. Pero el gran aliado de los amarillos estará a su lado otra vez. Las Palmas es otra en casa, aunque su cara no muestre felicidad ahora ni ganando a un Villarreal.

En esa dosificación física de futbolistas cabe pensar que habrá novedades en el once. Viera, con un golpe y muchos partidos a cuesta, podría dejar hueco para la hipotética vuelta de Tana, Boateng o Jesé, tres de los suplentes en Eibar. Quizá sea ese el relevo más claro de cuantos pueda brindarse en un partido al que hay que acudir con las orejas tiesas ... en el campo, en los banquillos y en la sala de prensa.