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La primera batalla del elegido

El nuevo entrenador debutante con la UD Las Palmas en Primera tendrá que desmontar en el campo de juego los prejuicios que abordarán su presentación. Ningún técnico de la era Ramírez se salvó de ello en sus llegadas

  • ENTRE BASTIDORES
  • 25/05/2017 - 10:19
La primera batalla del elegido Quique Setién y Sergio Lobera, en 2014, con motivo del UD Las Palmas-CD Lugo en Segunda División (C. Torres)

Manuel Borrego

"Buscamos talento", aseguró el presidente de la UD Las Palmas al definir el primer apunte sobre el entrenador que relevará en el banquillo a Quique Setién. "Y el talento no está asociado con un nombre reconocido", añadió dibujando parcialmente en que consiste el trabajo de captación de la comisión deportiva.

La primera batalla del nuevo proyecto ya está planteada y es conocida. Todo indica que la apuesta del banquillo del representativo grancanario en su trigésimo cuarta campaña en Primera División será eso, una apuesta. Un entrenador debutante en la categoría, que enlace conceptos de juego afianzados con Setién y añada mejoras al juego de la Unión Deportiva. Léase: una protección defensiva que esté a la altura de la categoría y mejor explotación del juego sin balón, especialmente en las dos estrategias.

La publicación del nombre de ese entrenador está muy cerca, quizá días. Pero la batalla primera también: desmontar en los campos de juego los prejuicios que ya, sin haber llegado, son emitido desde distintos sectores. "Sea quien sea vendrá rodeado de dudas".

Ningún técnico de la era de Miguel Ángel Ramírez llegó al banquillo de la UD Las Palmas bajo un consenso general, salvo sus avales internos en el club. No ocurrió con Visnjic, ni con su sucesor Juanito, tampoco con Juan Manuel Rodríguez, Vidales, Sergio Kresic ni Paco Jémez. Siempre habían valores de contrapeso en cada decisión. La etapa transitoria de Josico es caso aparte pero también estuvo rodeada de muchos argumentos condicionantes.

Los ejemplos más ilustrativos podrían ser los últimos en llegar, que tienen ese aroma muy cercano al que se ha dibujado para cuando arribe el siguiente en la lista. De Sergio Lobera se cuestionó muchísimo su nombre sin relevancia, falto de experiencia en el fútbol profesional o juventud. Y de Quique Setién, más de lo mismo aunque con otro tipo de matices.

Probablemente Paco Herrera fue el entrenador que llegó a la entidad con una alfombra menos pisoteada aunque también rescató dudas públicas hasta que los resultados, de manera aplastante, pusieron a Las Palmas en el camino de la Primera División. Al fin y al cabo llegó a la Isla después del más duro golpe en la historia del club. Lejos de ser una incomodidad en realidad era también un colchón.

Ganar esa primera batalla le corresponderá al nuevo inquilino, al elegido. La realidad es que la UD Las Palmas, desde su propia experiencia, ha optado en crear valores no sólo futbolistas sino entrenadores. Al elegido aún no se le ha escuchado pero él sí ha logrado su primera victoria personal: convencer a las piezas principales de la comisión deportiva del club. Ese sí es el obstáculo más complicado porque se convertirán también en sus principales escudos. De hecho ya lo son.