La UD vuelve a salir de boxes tras una revisión completa

Manuel Borrego

Siguiendo la misma estela de las explicaciones ofrecidas por Paco Ayestarán, la UD Las Palmas sale este jueves de los boxes de Riazor para estrenarse en la Copa del Rey ... balsámica o envenenada. En apenas cuatro días el equipo de ingenieros y mecánicos ha tenido que revisar el motor, las ruedas y hasta la moral del piloto porque la última carrera en Villarreal resultó un fiasco. Y también las que le precedieron.

Esta eliminatoria está repleta de incógnitas, porque no sólo son las dudas del equipo amarillo, al que le cuesta conseguir que su vehículo circule con garantías en la Liga. Es que es un duelo a la par con la escudería del Deportivo, donde los cambios de la semana han sido más drásticos y sus sensaciones a la par al menos que los amarillos.

Incógnitas también porque la Copa es, en sí, un laboratorio para la propia UD. La situación tan cercana del doble partido con los gallegos invita a pensar que habrá alternativas para jugadores no habituales, que pudieran convencer al propio Ayestarán. Ha tenido oportunidad el técnico y sus colaboradores de revisar al completo al equipo, en una concentración peninsular donde habrán tenido tiempo para hablar de todo, de lo divino y de lo humano, del esférico y de los rivales, de la coraza y de las armas de un equipo que aún no se ha encontrado a sí mismo.

El once previo de los amarillos es pura especulación aunque la posibilidad de que por fin se acumulen los primeros minutos de Samper los ha puesto sobre la mesa el propio técnico. Pero: ¿Qué hacer?. Viera, Calleri, Vitolo, ... al fin y al cabo hay un segundo partido de la eliminatoria y antes un choque este próximo lunes donde los mismos protagonistas casi tendrían que definirlo como una final. Porque la victoria podría dar mucho carburante moral, que es ahora una prioridad.

La Copa es también la excusa para que actuén los no habituales. Y ahí es donde una hilera de nombres espera su oportunidad. Quizá no sólo para reivindicarse sino para afianzarse. Todo es posible.