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El recuerdo canario del Brujo Quini

Gerardo Miranda compartió con el legendario jugador una etapa entrañable en el FC Barcelona, donde saborearon juntos el título de la Recopa de 1982

  • AMARILLOS DE SIEMPRE
  • 28/02/2018 - 11:38
El recuerdo canario del Brujo Quini Gerardo, ante una imagen del FC Barcelona del inicio de los ochente con Quini (segundo agachado), Schuster y Maradona en ese once (C. Torres/EMD)

Manuel Borrego

Gerardo Miranda recuerda con emoción a Tintaamarilla.es la figura de Enrique Castro Quini, que fuera su compañero en el FC Barcelona y en algunas convocatorias en la selección española. El Canario, como le conocían en la Ciudad Condal, tuvo una especial relación con el ahora legendario delantero, fallecido este martes en Gijón a los 68 años de edad.

"A Quini le sufrí antes como rival que como compañero. Era un delantero extraordinario, a la antigua usanza. Rematada desde cualquier posición. Ningún defensa podía estar tranquilo porque, en el área, aparecía de repente. Fueron muchísimos sus goles", recuerda con nostalgia.

Cuando Gerardo fue traspasado por la UD Las Palmas al FC Barcelona, en 1981, una de las personas más cercanas en su vida fue precisamente en recordado Quini. "Él era una persona magnífica. Creo que se ha ganado mucho afecto tanto en lo personal como en lo deportivo. Hablamos de un caballero. Yo era muy joven cuando llegué al Barça. Y tuve la suerte de que Quini era vecino, vivía muy cerca de mi casa. Mi compañero y mi amigo. Me trató de una forma exquisita, para hacerme más fácil el cambio. Estaba muy atento siempre conmigo, me presentó a su familia, comíamos a veces juntos. Y, como era un cinéfilo y en aquella época empezaban a comercializarse las películas en VHS, me prestaba las que veía y le había gustado. Siempre estaba atento a todos, en realidad".

Con Quini, Gerardo compartió título de Copa del Rey y Recopa de Europa (1982). Estuvieron en esa alineación titular frente al Standard de Lieja, en el Nou Camp (2-1), junto a Urruti, Miguel, Alexanco, Martínez, Tente Sánchez, Moratalla, Esteban, Simonssen y Carrasco, dirigidos por Udo Lattek.

"Y en Las Palmas, recuerdo especialmente cuando nos cruzamos en las semifinales de Copa del Rey (1978). El Sporting también tenía un gran equipo y Quini era su hombre más importante en ataque. En el partido decisivo, en el estadio de El Molinón, me tocó marcar nada menos que a Enzo Ferrero", puntualiza. "Era la segunda ocasión en que jugaba como lateral derecho, porque Martín estaba lesionado. Fue un gran partido de fútbol, un toma y daca. El Sporting fue un equipo señor. Nos aplaudieron cuando nos clasificamos. Quini, como futbolista, simbolizaba todo aquello que vivimos".

Matiza Miranda que él no estaba en el club azulgrana cuando se produjo el secuestro de Quini, durante 25 días. Pero "aquello no le cambió como persona. Todo el mundo que le conocía sabía que era una bella persona, sin rencores. Vivió normal después de ese episodio de su vida".

"Quini era una persona positiva, jovial. Lo que vimos como futbolista en el campo también lo trasladaba a su vida personal", añade. "Te invitaba a comer a su casa, presentaba a su familia y te hacía uno más en el grupo. Todo lo que puedo decir es positivo, porque siempre hizo el bien a todo el que conoció. Por eso le quieren tanto y su fallecimiento es tan añorando por tanta gente".

Recuerda también que una vez, en la época de César Luis Menotti, Quini asumía en silencio su suplencia en el equipo. Pero en un partido de preparación marcó los cuatro goles del equipo. Y los periodistas le preguntaron al entrenador por qué Quini no tenía una oportunidad. Dijo Menotti. "Cuatro goles los hace cualquiera" .... "¿Cualquiera?".

Así era Quini, no reclamó nada y acabó volviendo a su Sporting ‘natal'. Le recordarán eternamente, como Gerardo y tantos.