Opinión
El talento que el viento se llevó
Por Manuel Borrego
- ENTRE BASTIDORES
- 16/06/2018 - 18:52
Tana y Viera, en la celebración de un de la UD en Primera (C. Torres)
La nueva UD Las Palmas está dejándose entrever en el inicio del verano. La aplicación del concepto hombres sobre nombres parece utilizarse ya con evidencia cuando las primeras decisiones oficiales asoman la cabeza: Nauzet Pérez, Mantovani, Benito Ramírez, ... Jugadores hechos y por terminar de hacer entrelazados.
Hay mucho trabajo por delante para la reconstrucción de un proyecto que en año y medio se vino abajo dejando un rastro de dolor, decepciones e, incluso, una sensación de impotencia como hacía muchos años no se repetía. Esos casi 36 meses en caída se llevaron del Estadio de Gran Canaria el fútbol, el estilo, la calidad, especialmente la confianza y seguridad y, sobre todo, el talento. También se han llevado personas válidas y ha descubierto carencias y defectos.
Construir un equipo de Segunda División ahora es la labor; un colectivo de jugadores que sea capaz de mirar a los ojos a los restantes candidatos que se van a situar con idénticas intenciones en la parrilla de salida del mes de agosto. Las Palmas no va a ganar partidos enseñando el escudo. Por eso, hombres más que nombres tendrán que salir con otra cara a los campos de juego, en una Liga donde se premia el esfuerzo, la solidaridad colectiva, las cualidades de resiliencia del grupo para los momentos difíciles y, de nuevo utilizamos el concepto, también el talento.
Sí, el descenso y el declive futbolístico de los amarillos hizo irreconocibles a cuantos jugadores salieron en el último año y medio en Primera División. El talento, eso de lo que tanto se hablaba del equipo entre 2015 y 2016, es ahora un bien a recuperar. Porque el estilo UD lo demanda. Hubo jugadores talentosos que eligieron desaparecer de la escena, pero de la forma completamente literal. Ahora no pueden aparecer como salvapatrias; ese honor no les corresponde. Y otros que estando, no estaban. Resultaba realmente inquietante escuchar una y otra vez a Paco Jémez decir que "de Tana, no quiero decir ni una palabra" en plena transición hacia la división actual.
Las Palmas, como otros rivales, está reuniendo de nuevo ese bloque donde adquirir a modo de refuerzos la seguridad, la lucha, la conjunción, la físico, el orden, ... y tantos conceptos. La genialidad también tendrá que aparecer. ¿A quién le corresponde esa batuta?. Araujo la ha enseñado, al igual que el incierto Tana. ¿Quién realmente liderará al once en ese camino de reconstrucción?. ¿Está ya en plantilla, viene de filiales?. Trabajo para usted, señor Otero.