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Opinión

  • Paciencia es una palabra que deberíamos asociar al primer tramo de la UD Las Palmas en el actual campeonato de Liga. Paciencia porque es lo que se requiere en una fase del campeonato en donde dos conceptos se han de tener en cuenta para analizar la trayectoria del representativo:

    El equipo está en formación si bien hay continuidad en una filosofía de la entidad. Por ello se mantiene el técnico y un bloque importante de jugadores. Esa estructura no ha variado.

    La idea futbolística, sin embargo, sí cambió. Hemos pasado de ser un equipo que utilizaba la velocidad como arma principal con Vitolo y Thievy. Ahora, en cambio, su fútbol se desarrolla a través de la posesión con jugadores tan notables como Valerón, Apoño, Nauzet Alemán, Masoud, ... Y ese juego aún ha de engranarse. Ahí es donde se tiene focalizar la tranquilidad en torno al equipo.

    La perspectiva puede sufrir cambios, no obstante, de una semana a otra. En Girona se logró la victoria sin hacer un partido excelso; sin embargo una semana después, de la euforia o el optimismo se ha pasado a las dudas mediáticas porque se produce el resultado opuesto. Todo ello ocurre en esta etapa de mejora, de madurar una idea de fútbol que se instala con la temporada ya en rodaje.

    Salvando las distancias puede estarle ocurriendo también al Real Madrid, de una jornada a otra, de pensar que es un conjunto galáctico a estar en ruina tras la última decepción. Esa manera de entender el fútbol no puede ser saludable en ninguna parte.

    No podemos cuestionar a Valerón, que parece centro de las críticas, porque presenta una trayectoria profesional que para nosotros es impecable. Con paciencia también le veremos en su mejor nivel en la UD Las Palmas. Esa tranquilidad debe ser innegociable y ha de razonarse en la grada del Estadio. En tres meses deberíamos conocer en profundidad cómo es esta nueva UD de verdad y hacia dónde se dirige.

    Rescato una frase: "los pueblos que olvidan su pasado están condenado a revivirlo". Cuando Las Palmas no tuvo paciencia hizo sus peores años, a veces con plantillas extraordinarias que apuntaban alto. Pero el fútbol es un estado de ánimo y ese hay que saberlo dosificar