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Opinión

  • Si la semana pasada comentábamos la dureza con la que el Lugo se empleó en determinados momentos frente a la Unión Deportiva, el Racing de Santander no se le quedó a la zaga. Podemos entender la presión sobre el contrario de forma asfixiante, pero nunca que se convierta en excesiva dureza con el consiguiente riesgo para la integridad física de los deportistas. Parece que es el estilo que se va a imponer para poder frenar a los amarillos: ¡No dejar que practique su fútbol a costa de lo que sea y con cuantas interrupciones fueran necesarias¡.

    Aún así, los hombres de Paco Herrera, cual camaleón, se adaptaron a la situación que el rival imponía sin entrar en su juego, pero sí manteniendo su impronta y sin "arrugarse" ante la excesiva "virilidad" del rival. Esta fue una de las claves de la extraordinaria victoria (0-2) en tierras santanderinas.

    La segunda de las claves la encontramos en la solidez defensiva y eso a pesar del error en el gol cántabro. El nivel que están dando jugadores como Aythami Artiles, Ángel, David García y el "sorprendente" David Simón, hacen que el número de ocasiones que genera el contrario se hayan reducido, hasta el momento, drásticamente, sin olvidarnos de la incansable labor de Javi Castellano. Así vemos que Raúl tan solo ha encajado dos goles en cuatro partidos y eso viene a decir mucho...

    La tercera de las claves está en los cambios. En estos cuatro partidos el entrenador ha leído a la perfección el desarrollo de los encuentros y ha sabido mover ficha con excelentes resultados. En el de hoy, la entrada de Juan Carlos Valerón, siempre Juan Carlos Valerón, fue decisiva, pues participó en las jugadas que dieron el triunfo a los canarios, a la vez que puso la pausa y la cordura que necesitaba el equipo al verse en superioridad numérica y contra unos jugadores que se volcaron en defender la escasa renta que tenían.

    Aunque queda mucha liga el inicio es esperanzador. Se tiene los pies en la tierra y como sabemos, el sacrificio es la base de los resultados positivos. El equipo lucha de principio a fin y a pesar de estar en los albores de la competición nos encontramos con un fondo físico envidiable, que bien pudiera ser la cuarta de las claves. Ver, además, la alegría en los rostros de los jugadores cuando se consiguieron los goles, es un lujo que se trasmite a los aficionados y que a la vez tiene un valor añadido muy importante: ¡La confianza!. Esa confianza que si se sigue por este camino se irá agrandando, y como dice el refrán: Quien da primero da dos veces...