La UD Las Palmas llega al primer parón de la Liga 2024-25 con una nueva derrota (2-0). Esta vez, en Mendizorroza, en un encuentro que respondió al diseño táctico del equipo local. Los amarillos manejaron el balón y el Alavés, el marcador. El esfuerzo de una dura tarde que en nada porque el portero Sivera fue obstáculo insalvable para los delanteros amarillos y, por el contrario, los atacantes del Alavés hicieron diana en momentos determinantes.

La presentación del encuentro ya exhibió una contradicción, sin duda la esperada por el técnico local Luis García Plaza: El balón era para Las Palmas; el primer gol, para el Alavés. Porque tras largas posesiones sin ruido en el área de Sivera, el conjunto babarrozo se presentó por primera vez en el área canaria con éxito pleno.

Fue Carlos Vicente, que ya había sido una pesadilla en el partido final de la pasada campaña en el Gran Canaria, el que llevó el cuero a las redes de Jasper Cillessen. En el 1-0 hay cierta relajación defensiva de McKenna -quizá confiaba en el control de Mika Mármol a su espalda- y una gran reacción vertical del atacante maño, hermano del ex canterano amarillo David Vicente.

El tanto inaugural del Alavés fue un mazazo en los planes de Luis Carrión, aunque también pronto pudo Las Palmas restablecer el orden en el marcador. Con un pelotazo largo de Javi Muñoz, el atacante Jaime Mata logró meterse en solitario en el área y disparar. Pero Sivera tapó el hueco y evitó el 1-1, desviando el cuero a córner. Corría el minuto 14 y el partido cobraba vida para los visitantes.

Y en el 25, de nuevo Sivera volvió a negar el gol a Kirian en un intento desde fuera del área. Al paso de los 30 minutos de juego, la Liga brindaba un 82,7% de posesión a una UD Las Palmas que dibujaba el partido prometido, pero no su marcador.

El partido pudo ponerse en chino antes del descanso porque el Alavés, en otro balón cruzado, volvió a llevar un balón a la jaula de Cillessen. Conechny remató con éxito una volea y celebró el 2-0 para su equipo. Sin embargo, cuando ya estaba el balón en el centro del campo hubo ‘conferencia’ desde la sala VAR. Del Cerro entendió que el rematador se había beneficiado de una posición de fuera de juego, mínima, y el marcador se quedó con el 1-0 que ya estaba.

El Alavés pudo sentenciar el partido en la segunda parte, a pesar de que Carrión trató de refrescar ideas con la entrada de Moleiro. Stoichkov se giró en la frontal y chutó con mucha intención, aunque el balón pasó rozando el poste. Y más tarde fue Cillessen el que detuvo un disparo de Conechny, que estaba en situación solitaria en el área.

Las Palmas había perdido la brújula del partido, pero mantenía la esperanza de una corta desventaja. En el 70 de juego, Moleiro tomó el toro por los cuernos y trató en solitario de arreglar la tarde. En un eléctrico ataque logró zafarse de tres defensores y pudo rematar. Pero Sivera de nuevo evitó el disgusto para el Alavés.

Pero volvió a ocurrir: Cuando mejor estaba Las Palmas, el Alavés anotó el 2-0 con un excelente disparo desde fuera del área de Toni Martínez. El equipo de García Plaza le bastó muy poco para generar peligro real y llevar el partido a una contrarreloj para su oponente.

Luka Romero malogró un penalti para el equipo local en el minuto 93, cometido por Marvin Park sobre el propio atacante argentino. Habría sido un castigo excesivo en un partido entre teóricos sufridores por la permanencia.