El Gran Canaria recibió este jueves un severo correctivo en propia casa (64-87), frente al Hapoel de Tel Aviv. El conjunto de la capital de Israel aprovechó su propia inspiración en el primer periodo y la actuación mermada del Gran Canaria para sacar adelante el partido y ganar dos veces al conjunto de Jaka Lakovic en esta fase de grupos. 

No era un espejismo. Desde la primera canasta (triple de Marcus Foster) el conjunto hebreo mostró sus intenciones de marcar territorio en el partido, exhibiendo las ganas de salir airoso del Gran Canaria Arena. Las dos primeras respuestas fueron de Alocén, con la misión de hacer olvidar al ausente Albicy, aunque en la organización del juego de ataque los locales mostraban espesura.

En cambio, Hapoel estaba fluido, sobresaliendo especialmente en las dos zonas Motley (11 puntos y 2 rebotes ofensivos en los 8 primeros minutos de juego). Lakovic paró por primera vez el encuentro con una desventaja de 10 puntos (8-18), porque observaba los problemas iniciales de su equipo en las dos facetas del juego. Y su primera decisión fue introducir en el campo al joven organizador Dylan Bordón, junto a Homesley y Conditt.

Una tímida reacción del equipo local en el inicio del segundo cuarto la cortó Hapoel con determinación, reponiendo su juego en ataque y alcanzando un nuevo techo a su favor al doblar (17-34) al Gran Canaria en el minuto 14 de partido. Lakovic no daba con la tecla, especialmente en la dirección del juego.

Al descanso se fue el equipo local con 26 puntos de desventaja tras una canasta sobre la bocina, con una desorientación general en el juego y el añadido de 13 pérdidas en sus ataques, cada una de ellas penalizadas por el equipo israelí, con 19 canastas de 2 puntos anotadas como dato más llamativo del desastre defensivo local.

El Gran Canaria regresó a la pista tratando de endurecer la situación a su oponente. Centró su defensa en no dar facilidades en el juego interior del Hapoel y mejorando sus prestaciones reboteadoras. Por momentos, el marcador comenzó a reducirse incluso por debajo de los 20 puntos (27-55), pero la reacción de los enchufados hebreos no se hizo esperar.

El partido estaba desde muy temprano en una larga cuenta atrás para el conjunto español, que no tenía ya margen de error.  Dos triples de Timor en momentos de mucha carga psicológica dañaron la moral de remontada que debía presidir el ánimo del equipo local.

Lakovic acabó durante algunos minutos alineando en pista a los tres jugadores del filial (Bordón, Urbaniak y Diop) cuando ya el técnico esloveno comprobó que todo lo realizado fue inútil, porque el triunfo de los visitantes no se tambaleó en momento alguno.