LIGA ACB
El regreso de Casimiro a Gran Canaria dejó sonrojado al equipo de Jaka Laokovic. Los gallegos, últimos de la clasificación ganaron en la pista del quinto clasificado (73-82) en un partido en el que el conjunto local pagó caro el exceso de confianza, mientras los lucenses fueron ganando en la suya progresivamente con el paso de los minutos ganando tres de los cuatro cuartos.
Empezó con las persianas bajas el Gran Canaria. Tras un 0-4 Albicy abrió la cuenta desde el triple. El frío inicio dejaba una advertencia (3-6) por parte del colista a un Granca que veía como se entonaba en exceso el colista de la categoría (5-9). A base de bombardeo de larga distancia el Breogán mantenía la delantera en el electrónico que mantuvo hasta el final de la primera cuenta a atrás de la mañana (19-21).
El partido era controlado por el más necesitado, mientras que el conjunto de Lakovic, inspirado en su superioridad clasificatoria y administrando fuerzas por aquello de compaginar dos competiciones, esperaba su oportunidad para, por desgaste de su oponente, tomar las riendas. Y eso ocurría en el minuto 13, cuando Pelos anotara su octavo punto y pusiera el 29-27 en el electrónico.
Parecía que se había extinguido el acierto triplista visitante y el juego local, superior en sensaciones pero no en estadística, ponía la puntilla. El partido se decidía entre lanzamientos de larga distancia o de corta. La zona media era inexistente para ambos contendientes, por los locales porque carecían de puntería y por los visitantes porque ni la usaban. Y por eso, el equilibrio era sobresaliente, a pesar de la victoria parcial (22-18) del segundo cuarto de los amarillos (41-39).
Tras la vuelta de vestuarios, el Granca daba la impresión de querer poner distancia de por medio. Sin embargo, las buenas intenciones no encontraron la compañía de acciones defensivas y ofensivas que estuvieran al nivel. Con más energía en cada acción, el Breogán impedía el distanciamiento que no llegó a ser superior a los siete puntos (46-39) de los primeros compases del cuarto. El partido parecía controlado, pero sólo eso, lo parecía. Los de Casimiro, con un Moore espléndido se resistían a perder el primero partido de su entrenador en el banquillo (60-59), ganando el periodo impar por 19-20.
“Aviso a navegantes” se podía desprender con una mirada al mural del Arena (60-61). El Gran Canaria, carente de puntos de su equipo titular, necesitaba mejorar en una actitud que nada tenía que ver con la falta intencionada de Homesley (60-63) o una pérdida posterior (62-65), que daban más alas a los gallegos, sino más bien en las combinaciones ofensivas como las que tenía con Conditt para superar el muro rival.
Para complicarlo más para los amarillos, Casimiro ordenó una defensa zonal que ralentizaba el partido y lo obligaba a llegar a una situación final de cara o cruz. Y en esa situación el Dreamland no supor encajar los golpes y desorientado en las dos zonas se veía con un -6 (70-76) en el marcador tan peligroso que la amenaza de la lotería final ni llegó a suceder porque el crecido Breogán ganó de calle en el sprint.
Ficha del partido
73 Dreamland Gran Canaria (19+22+19+13): Albicy (9), Thomasson (2), Burssino (3), Shurna (4), Tobey (14) –equipo inicial-, Alocén (2), Conditt (6), Homesley (17), Salvó (6), Kljajic y Pelos (10).
82 Río Breogán (21+18+20+23): Moore (19), Hilliard II (6), Atic (11), Nakic (10), Sakho (8) –equipo inicial-, Aranitovic (7), Vila (10), Apic, Mavra (3), Somogyi (2) y EJ Onu (4).
Árbitros: Rafael Serrano, Carlos Merino e Igor Esteve Malmierca.
Marcador cada cinco minutos: 7- 9, 19-21, 29-29, 41-39, descanso, 51-57, 60-59, 68-69 y 73-82.
Incidencias: 10ª jornada de la Liga ACB. Pabellón Gran Canaria Arena. |