Tras un partido muy disputado, el Gran Canaria terminó por caer ante el FC Barcelona (74-77). Pudo más el peso de jugarse el prestigio de los azulgrana que el sueño por ser cabeza de serie en la Copa de los amarillos en un choque en el que no sirvió de nada el ganar dos cuartos y empatar el primero. Los puntos de los segundos diez minutos y un final de partido en el que Lakovic se quejó de las decisiones arbitrales terminaron por hacer que volara el triunfo hasta la cartera de Peñarroya.

Un Gran Canaria completo, activo y acertado empezó dominando en el partido, pero sin poder poner mucha tierra de por medio por los aciertos visitantes de hombres como  Metu y Satoransky, los únicos blaugranas capaces de anotar en el primer octavo de partido (15-10).  Los amarillos estaban siendo más coral que un Barça que poco a poco iba incorporando efectivos en la colaboración anotadora, Parker, Núñez y Punter, mientras el Granca perdía la efectividad de sus francotiradores (18-18).

El Barcelona estaba creciendo peligrosamente en el partido cerrando las vías de entrada a canasta de los de Lakovic y cerrando el rebote en su aro, que extrañamente había sido bien atacado por los locales. Apelando a un triple de Albicy y una buena conexión del base con Conditt, el Granca resolvía momentáneamente sus problemas, pero no lo suficiente como para evitar la remontada culé (23-29). El Barça, contra las cuerdas en la clasificación apretaba en defensa colocando una individual tan pegajosa como las tiras atrapamoscas. En esa situación, el ‘grande’, además contando con alguna complicidad en los silbatos, era el que dominaba (29-37) para llegar al descanso con una ventaja que podía no merecer (32-39).

Parecía que pesaba más la historia que el presente; y el conjunto de Peñarroya tenía el partido en su mano con un retorno de vestuarios muy favorable (4-9 de parcial), que le ponía con una renta de +12 (36-48) para obligar a la intervención de Lakovic con los suyos. El apretón de tuerca en el banquillo dio sus frutos inicialmente (43-48) para obligar a su colega de enfrente a reajustar también su maquinaria. El duelo estratégico tomaba protagonismo en el encuentro y en eso parecía producirse tablas, aunque con un pequeño respiro para los locales que ganaban el tercer parcial (24-22) y mantenían a tiro a su rival (56-61).

El partido ganaba carga emocional y con el Granca a un paso de su rival, aunque fuera de tres (58-61), Lakovic recordaba a los árbitros que también se podía pitar falta al Barcelona. El recordatorio no sentó bien, pero la técnica al preparador amarillo tampoco enfrió los ánimos ni de sus pupilos ni de la grada para alcanzar el empate a 64 cuando Thomasson sacaba su fusil (67-64). Pero el Barça tiene más de ‘siete’ vidas y a pesar de la pérdida por lesión de un hombre clave como Abrines, era capaz de volver a tomar las riendas (67-69).

Se predecía un final de infarto y así fue a pesar de que entre errores locales y buenas decisiones visitantes el choque se inclinaba del lado culé (67-75). El Granca se jugaba todo a una carta (74-75) con robo y triple con corbata y tablero de Albicy.  En menos de nueves segundos (74-77), el conjunto de Lakovic se la jugaba y ahora una falta de ataque del base francés impedía la gesta y sellaba la derrota local.

La ficha del partido   74 Dreamland Gran Canaria (18+14+24+18): Alocén (10), Tomasson (11), Brussino (14), Shurna (5), Tobey (15) –equipo inicial-, Conditt (7), Homesley (6), Albicy (6), Salvó y Pelos.   77 FC Barcelona (18+21+22+16): Satoransky (3), Punter (22), Anderson, Parker (8), Metu (18) –equipo inicial, Brizuela (7), Nuñez (5), Fall (2), Abrines (4), Parra (5) y Vesely (2).   Árbitros: Benjamín Jiménez, Vicente Martínez y Fabio Fernández. Pitaron técnica a Thomasson (min. 14) y Jaka Lakovic (m. 34).   Marcador cada cinco minutos: 15-10, 18-18, 23-28, 32-39, descanso, 43-48, 56-61, 67-68 y 74-77.   Incidencias: 16ª jornada de la Liga ACB. Pabellón Gran Canaria Arena.