El Gran Canaria ha perdido en apenas tres días la condición de equipo imbatido en las dos competiciones donde participa. Si en la Liga ACB cedió el domingo ante el Manresa, este martes lo hizo en la Eurocup frente al Hapoel Tel Aviv (79-66).

El partido continental se disputó en Bulgaria en un frío ambiente en los graderíos. El conjunto amarillo estuvo errático en ataque, con un alto nivel de pérdidas (16) y algo desquiciado con el arbitraje que permitía al Hapoel un duro estilo en sus acciones defensivas.

El Gran Canaria inició el encuentro con cierta fluidez ofensiva, para tomar por momentos la delantera hasta el 7-10. Incluso en defensa, los amarillos llegaron a desmontar dos ataques impidiendo que su rival pudiera completar la jugada con un tiro por una positiva acción defensiva.

Sin embargo, Hapoel comenzó también su despertar con una incómoda actividad defensiva que impedía ataques iluminados al Gran Canaria. Los 4 siguientes puntos del Granca llegaron desde la línea de tiros libres (14-14).

Las pérdidas de los visitantes (seis en el primer cuarto) estaban condicionando la reacción. Albicy acudió al rescate cuando la cosa preocupaba en el segundo cuarto (21-16). El base francés colocó un triple lejano para desmontar el crecido entramado defensivo de los hebreos.

Sin embargo, unos minutos después Lakovic se vio obligado a parar el encuentro con un tiempo muerto. Porque sus jugadores no se enganchaban al partido y el impredecible Beverley se gustaba en la dirección de un Hapoel que iba a más (27-19).

Con 33-26 sufrió un contratiempo el Hapoel. Su mejor pieza interior, Motley, cometió la tercera falta en una acción de ataque. Pero el Gran Canaria no estuvo acertado en su juego, atascado en muchos aspectos y con un volumen de pérdidas que alcanzaron la decena al descanso (37-29). El marcador lo había maquillado un triple de Brussino antes de la tregua.

Los jugadores de Lakovic no encontraban el sitio en el partido y estaban incómodos con la dureza de su rival y la tolerancia del criterio arbitral. Pero las protestas no arreglaban la dirección del partido.

Con un parcial 0-5 de salida hubo una reacción tras el descanso, pero fue un espejismo. Porque 3 minutos después otra vez Lakovic convocaba un tiempo muerto por la nueva fuga israelí (48-36).

Era el anticipo a la sentencia del partido. Porque mientras Hapoel iba hacia arriba con un espléndido Patrick Beverley, el Gran Canaria agudizaba sus problemas con el balón y el tirón, yéndose el marcador hacia una desventaja que ya fue inasumible al borde del último cuarto (61-43).

Con 68-55 regresó al partido Beverley, que había disfrutado de algunos minutos de descanso. Si había alguna esperanza de reacción final, el ex NBA se encargó de apagarla porque reanudó su porque reanudó su portentosa actuación de puntos, robos y asistencias.