Un Gran Canaria carente de contundencia cayó en la pista del Real Madrid (83-77). Los de Lakovic, sin hacer un mal partido, pero si carente de la fuerza necesaria para vencer a un conjunto liderado por su base Campazzo, eran incapaces de hacer buenas sus entradas a la pista tras los parones entre cuartos y acabó derrotado en la recta final en la que el base argentino tomó la batuta sin que nadie pudiera arrebatársela. Lo mejor para los amarillos, ver a un buen Brussino, que recupera su puntería exterior.

Gran Canaria empezaba bien conteniendo el ataque del Real y cerrando bien los rebotes en propio aro. Eso llevó a un inicio dominador 6-13 en el primer octavo del encuentro. El conjunto local vivía de las aportaciones de Tavares hasta que con el 6-14 Campazzo decidió tomar la responsabilidad y el resto del equipo apoyar con más tensión en la defensa (12-14). Lakovic debió proponer un nuevo plan, pero ya el Madrid parecía lanzado de la mano de su base argentino y la ejecución de Hezonja para acabar el cuarto con victoria blanca (17-16).

El reseteo del cronómetro sirvió para recapitular por parte de los amarillos sobre su nuevo quinteto. Con Alocén viviendo una nueva situación en su carrera, enfrentándose a su exequipo, había energía pero falta de acierto como para que el Gran Canaria pudiera tomar nuevamente una ventaja como la que ya había tenido en  el partido. Aún así, el pulso era bastante interesante y competido (26-26) cuando aparecía un primer desfondamiento insular (32-26) al que pudo darle respuesta con más concentración defensiva (39-36).

Todo iba igual tras la vuelta de vestuarios. Los dos equipos competían en aciertos y errores y òr ello, la progresión de las diferencias era nula (47-47) cuando el Madrid se encontró con la figura de Rathan-Mayes como rescatador imprevisto (55-47). El Madrid llegaría así a las puertas de la última cuenta atrás con una nueva mejor renta (59-54) después de haber ganado los tres primeros cuartos.

 Y aunque todo pintaba bien en los primeros instantes, el Madrid apeló a la dupla Tavares-Campazzo para poner otra vez contra las cuerdas a los insulares (72-65) y exigir una nueva reacción de los de Lakovic que nunca llegó a su culminación por falta de acierto (72-70, 77-75 y 79-77). Y con ello, el conjunto de la capital se sentía en su ambiente para, de la mano de Campazzo, sentenciar en los últimos instantes una victoria que también calma sus necesidades.