El amarillo era un color que estaba en el camino de Antonio Hernández Tomás (Las Chafiras, 21 de diciembre de 2004). El extremo tinerfeño tuvo un paso previo en cadetes con el CD Armepalma, club que en aquel momento estaba vinculado a la UD Las Palmas. Entonces ocurrió también algo muy importante en su aún joven trayectoria deportiva. Los captadores del club grancanario vieron en el mediocentro Antonio un potencial como jugador de banda. Y él así lo recuerda:

“Le pidieron a mi club que actuara como extremo para ver cómo progresaba en esa posición. Hasta ese momento era mediocentro, pero me cambiaron el rol en el equipo. El técnico, Diego Fortes, lo hizo aunque a mí al principio me costaba y tuve algún rifirrafe con este asunto. Pero con el tiempo me ha acabado gustando y es el lugar donde estoy logrando mi mejor rendimiento”, confiesa el futbolista del filial a Tinta Amarilla. Así que “de alguna manera soy extremo por obligación … y no me va mal”.

Antonio es uno de esos rostros del fútbol tinerfeño que ha viajado hasta Gran Canaria con deseos de triunfar. En ese tránsito está tras sus primeros ciclos en el club. Se había formado desde niño en la UD Las Zocas hasta la edad infantil, pasó por el mencionado Armepalma y se incorporó al filial … tras convencer como extremo a la fuerza. Fue integrante del excelente División de Honor juvenil de la UD que estuvo a pocos minutos de crearle un lío al Real Madrid. Y ahora está ejerciendo en su segunda temporada con el Vitamina C, a las órdenes de José Antonio Robaina.

Su primer hat-trick en la UD

“Tengo que confesar que en mi paso del juvenil a senior esperaba al menos realizar la pretemporada con Las Palmas Atlético. Pero eso no ocurrió. Lo esperaba porque había sido el máximo goleador del juvenil con 19 tantos”, puntualiza. “Y el pasado año las cosas no me salieron como me habría gustado”.

Sin embargo, en los primeros instantes de la Liga 2024-25 Hernández da la sensación de ser objeto de un efecto trampolín, porque ha regresado a la competición con mucha fuerza. “Frente al Sotavento anoté por primera vez un hat-trick desde que llegué a la UD Las Palmas. No lo había logrado antes, ni siquiera con el juvenil. Tuve muy buenas sensaciones en el partido. Porque creo haber encontrado un camino para seguir”.

Lo que no dice Antonio es que ese día firmó el trío de dianas cuando abordó el partido en la segunda parte. De aquel “futbolista con visión en el centro del campo” se ha pasado al “extremo veloz y explosivo” que aspira a dejar el sello esta temporada para que lo tengan en cuentan en un futuro. O en el presente.

Los apuntes de su expediente

“Esta temporada he empezado con hambre y motivación. Estoy buscando mi mejor versión para ayudar al equipo y llamar a las puertas de Las Palmas Atlético. Y, ¿quién sabe?, el camino es largo y sé que jugadores del C han llegado al primer equipo”, apunta. 

“Ahora soy otro jugador al de mis comienzos como medio centro. Estaba entonces volcado en facilitar juego a mis compañeros. Me defino como un futbolista rápido y de banda, que puedo asumir bien el uno contra uno, que soy trabajador y no me escondo en la ayuda al compañero. Y, además, tengo olfato de gol”. Eso es lo que el propio Antonio Hernández pondría en el informe sobre sí mismo, pudiendo añadir su honestidad en el campo porque lo deja todo cuando actúa. 

¡Qué locura Savinho!

Como buen millennials (nacidos a partir del año 2000), su gusto futbolístico está relacionado con las figuras más recientes. “Me parece una locura como futbolista Savinho. Me siento a verlo en la tele y es un jugador que me encanta, en el que podría fijarme. Tiene una velocidad increíble y, además, en el área zigzaguea peligrosamente para los defensas. No ha sido casualidad que se hablara tanto de él en la pasada Liga y que ahora ya esté en un club como el City”.

El origen venezolano de la familia   El abuelo lanzaroteño de Antonio Hernández era natural de Haría y emigrante a Venezuela. “El padre de mi madre se fue muy joven, a trabajar, con 17 años. Y allí fue futbolista también, en el club Tiquire Flores del estado de Aragua. Esa es la referencia deportiva que tengo en mi familia. En la que, por cierto, soy el único español. Me han contado que el viaje trasatlántico de mi abuelo fue muy duro. Se alimentaba de leche en polvo y agua nada más hasta llegar a Venezuela. Allí empezó una vida de nuevo”.

Hernández es hoy esa promesa con ritmo y habilidad en la joven cantera del club grancanario. Para empezar, ha disfrutado como integrante de uno de los mejores juveniles del club en fechas recientes junto a los Killane, López, Herzog, Iñaki, Iván Medina, Guedes, Elías Romero, Moraga, Omar, … “Esa temporada en el juvenil ha sido lo más bonito que he vivido hasta ahora, mi mejor etapa. Estuvimos muy cerca de conseguir algo muy grande en la Copa de Campeones. Me siento orgulloso de haber estado en ese equipo, que es también una inspiración para mí. Era una locura (utiliza de nuevo la palabra) verlo jugar al fútbol”.

Y una estela a seguir. Dice Antonio que de no haber sido jugador se habría inclinado por “pilotar aviones”, opción que no ha descartado aunque no está en el primer puesto de sus preferencias. El balón, la velocidad, las ganas y el gol son los que podrían hacerlo volar muy alto. En su cabeza puede estar todo ello.