No ha habido relación futbolística oficial entre la UD Las Palmas y el CE Europa hasta que en diciembre próximo ambos clubes se crucen en partido único de la Copa del Rey. Pero sí hubo jugadores o técnicos de la UD Las Palmas. Por ejemplo, Calixto Méndez lució ambas camisetas o el portero Benito Joanet participó como jugador en el conjunto catalán y más tarde fue técnico de los grancanarios.

Y también se registra el caso del atacante Chuli (Juan Jesús Castro de la Fuente, 22 de diciembre de 1955), jiennense de nacimiento, pero grancanario hasta la eternidad porque residió en la isla desde los 7 años hasta la actualidad. Chuli fue componente de aquella primera promoción de Las Palmas Atlético que, a las órdenes de José Manuel León, logró el salto a Segunda División B en apenas un par de temporadas desde su fundación en 1977. 

Procedía de la UD Telde y, tras sus pasos en el filial donde fue un jugador de prometedora trayectoria, decidió dar el salto a la Península para hacer ruta en Cataluña. “Me fui en solitario para probar mis cualidades. En aquel momento me ayudó Tonono Rodríguez, el ahora director de filiales de la UD Las Palmas que ya estaba en la Península actuando como jugador. Me recomendó y firmé por el Badalona” en la temporada 1980-81.

A Chuli le rodaron las cosas bien en el conjunto catalán, que en el verano de 1981 “realizó la pretemporada en Hungría para acoplar a la plantilla. Y subrayo este dato para comprender cómo se manejaba entonces un equipo de la Tercera División de Cataluña. Al volver tuve la oportunidad de salir al CE Europa, porque había mucha competencia en los puestos y acepté para jugar una temporada con este histórico club”.

Ya sabía entonces Chuli que el Europa no era un equipo cualquiera. Conocía la profundidad de su historia, de sus aficionados y de las exigencias que tenían los jugadores que entonces dirigía Waldo Ramos, su entrenador. “Y para más, se disputó un encuentro para conmemorar el 75 aniversario de la fundación del club. El rival era el mismísimo FC Barcelona. Nos ganaron 0-4 aquel día, del que recuerdo que cayó una tromba de agua impresionante”.

Tuvo un guiño del destino Chuli. Porque “me enfrenté a Gerardo Miranda, con el que había coincidido en Las Palmas y también en el reclutamiento de la mili. Estuvimos charlando precisamente de las curiosidades del destino al vernos allí en aquel día tan significado para el club donde yo militaba”.

Chuli actuó una temporada en el club de Gracia antes de volver a Gran Canaria porque se había presentado en su camino otro proyecto tentador: “El nacimiento del CD Maspalomas, del que soy jugador fundador. Me convencieron el presidente Roberto Rivero y también José Antonio Ruiz Caballero, con el que había coincidido en Las Palmas Atlético. Y ya me quedé definitivamente en Gran Canaria.”

Chuli, con Las Palmas Atlético, a la izquierda agachado.

Sus recuerdos sobre la etapa del CE Europa han aflorado de inmediato al ver que se cruzaba con la UD Las Palmas. “Ahora es un club modesto, pero en los primeros años de la Liga y en mi época era una entidad muy importante. La curiosidad es que los colores de los dos equipos catalanes en los que jugué son azul y blanco, aunque invierten el diseño de la V en sus camisetas. El Badalona la tiene blanca y el Europa, azul”.

Se siente Chuli orgullosos de haber jugado en “un club tan emblemático. En mi época era el único canario por aquel lugar. Coincidí con grandes jugadores, entre ellos Jaume Sabaté, que unos años atrás había sido campeón de Copa con el Betis. Fue protagonista en aquella célebre final ante el Athletic, recordada por la tanda de penaltis y Esnaola. También con Montero, que fue capitán del Elche”.

El tiempo ha transcurrido y ahora, desde la tranquilidad del aficionado, se sentirá un privilegiado al decir que los dos escudos que se miden en el Nou Sardenya de alguna forma le pertenecen. “Cuando estuve en el CE Europa notaba que el club se sentía especial por todo lo que había aportado a la competición en sus inicios”. De alguna manera, lo volverá a ser como receptor de una UD de Primera que no querrá sorpresas.