Ni el mismo Stefan Bajcetic habría imaginado antes de viajar a Gran Canaria que en apenas 25 días desde su debut frente al Girona le iban a ocurrir tantas cosas como pluriempleado de la UD Las Palmas. Dijo en su presentación entonces que “puedo jugar como central, aunque me veo más cómodo como mediocentro”.

Y añadió “otras posiciones” a su currículo verbal ante los aficionados grancanarios. El jugador cedido por el Liverpool ya fue imprescindible para Diego Martínez desde el primer instante, debutando ante el Girona apenas dos días después de mostrar la camiseta de las pintaderas con el dorsal 21 y su nombre confirmado como refuerzo invernal, tras el paso por el Salzburgo. 

Desde entonces, el futbolista vigués ha participado en los cinco últimos encuentros, con 319 minutos a sus espaldas y el gol frente al Mallorca. A Juanma Herzog lo ha conocido en Gran Canaria y le tocó formar con el tinerfeño una dupla central veinteañera en la segunda parte de un encuentro que se había complicado en grado extremo frente al Real Valladolid.

Las circunstancias han llevado a ello porque los problemas en modo de contratiempos no frenan para el entrenador de la UD Las Palmas. Si no es Álex Suárez, es McKenna o Mika Mármol. Por una cosa u otra, lo cierto es que Bajcetic tuvo que mostrar esa faceta del juego en la que él ha recordado que ejercía en sus inicios futbolísticos.

Para no estar acomodado al puesto, a Bajcetic le tocó ser muralla del mejor día ofensivo del conjunto pucelano porque fueron un total de 23 los disparos del Real Valladolid en el partido, multiplicando por cuatro su media del resto de la temporada (5,9 lanzamientos).

Firmar a un jugador multiusos no es habitual y menos aún tener que demostrarlo casi de inmediato: pivote, media punta y defensa central. Es de desear que Martínez no tenga que comprobar las otras posiciones y roles que es capaz de desarrollar el jugador sub21 español. Sería una señal evidente de que todo vuelve a la normalidad en una campaña llena de baches.