OPINIÓN

El consejo de Valerón que Carrión debería tener en cuenta
Manuel Borrego
Manuel Borrego
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16/09/2024
El rugido de Iñaki Williams después del tercer gol del Athletic en Gran Canaria (C. Torres)

Hay una frase que cambió la vida futbolística de Roque Mesa cuando era un jugador emergente de cantera y estaba por consolidarse en el primer equipo. Se la proporcionó Juan Carlos Valerón con su sabio estilo expresado con las palabras justas: “Roquito”, le dijo. “Te estás equivocando. Primero debes hacer las cosas sencillas para coger confianza y luego probar con las acciones más complicadas”.

 

Sirva este episodio para comparar, a escala colectiva, lo que está ocurriendo en este inicio de Liga a la UD Las Palmas, un proyecto remodelado en muchas facetas, pero especialmente en su zona de retaguardia. Roque captó entonces la idea del Palanca y la proyectó en su juego con exitoso resultado. Las jugadas sencillas le llevaron a ganar confianza para, más tarde, expresar todo su potencial con las cosas más arriesgadas. Y así está su firma en un ascenso de la UD y en buenas campañas en Primera División hasta su traspaso.

 

De alguna manera, al equipo de Luis Carrión le está ocurriendo algo similar aunque a nivel grupal. Quiere empezar la casa por el tejado cuando los cimientos (defensivos) no están instalados correctamente. O eso se evidencia en la colección de disparos rivales, paradas del portero y goles encajados. Y así será imposible progresar. Porque cada gol en contra es además un peso en la mochila.

 

Lo hemos dicho desde el primer instante de la competición y lo subrayamos después de la fracción de 450 minutos disputados: Hay una colección de errores encadenados que ponen boca abajo las aspiraciones de un triunfo que impulse a los amarillos. El entrenador habla en cada partido (salvo frente al Real Madrid, curiosamente) de las lagunas que está detectando. Pero la realidad es que cuando "no es Juana, es la hermana".

 

Se está obviando lo elemental en cualquier conjunto de fútbol profesional: La seguridad. Antes de la llegada del Athletic admitió que había un problema defensivo y que su equipo debía atacar más. Fue una manera original de explicar cómo él siente la situación que atraviesa su grupo deportivo. 

 

No sabemos si meditará a raíz de ahora si son adecuados los jugadores elegidos para proteger las bandas, si las ayudas están llegando en tiempo y forma, si los centrales tienen la rapidez o la atención para cubrir los espacios a sus espaldas, si los centrocampistas están asociados con sus respectivos roles complementarios, … En ataque la cosa cambia, pero se hace complicado aceptar que un equipo anote dos goles en un partido de Primera sin obtener alguna renta.

 

El rugido que escucha la UD Las Palmas no es el de los leones del Athletic. Es mucho más profundo, está aún en la lejanía y es el verdaderamente peligroso.

 

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