No todo puede caer en saco roto tras la dura derrota frente a la Real Sociedad, marcador muy importante pero no definitivo. Si algo funcionó mejor en el conjunto amarillo fue la capacidad para la búsqueda del gol, que se inició apenas con 2 minutos de juego. Porque una cosa es el acierto en los metros de la verdad y otra la posibilidad de ampliar el abanico de opciones, que la hubo.

Diego Martínez ha optado en esta oportunidad por prolongar algo que ya funcionó de forma interesante en Balaídos. Sacó todo su arsenal ofensivo desde el inicio, ahora que no hay contratiempos por las lesiones, y especialmente destacó la dupla de arietes compuesta por McBurnie y Fabio Silva; o viceversa. El segundo asistió al primero en el gol, aunque no fue la única oportunidad en que se produjo ya que antes Remiro volvió a dejar constancia en la isla su condición de portero internacional absoluto español.

Las Palmas lanzó 13 veces a portería, al igual que la Real, en el que ha sido uno de los encuentros recientes con mayor capacidad para llegar e intentar doblegar al adversario. McBurnie y Silva se reparten 3 intentos cada uno, con un poste además para el portugués. 

Hay más datos generales que se colocan al lado de las decisiones para atacar a la Real, como el haber jugado al límite en el fuera de juego (5 veces) o haber generado más córneres que los donostiarras (5-4).

Pero todo se empaña por esa fragilidad defensiva que es caballo de batalla durante toda la temporada. La botella medio llena o vacía, cualquier interpretación puede hacerse. Perseverar en lo uno, corregir lo otro. Pero ya en tiempo exprés porque el reloj de arena se acaba.