UD Las Palmas y Real Mallorca han rivalizado de manera abundante por los mismos objetivos a través de la historia de ambos conjuntos. La victoria amarilla en el tramo final de la temporada 1963-64 (2-0) fue fundamental en el Estadio Insular, en la antepenúltima jornada.
Las Palmas, con Dauder, acudía al encuentro como segunda del grupo II de Segunda División con una plaza de ascenso directo y otra de promoción. El Mallorca era líder pero aquella tarde cedió el primer puesto a los amarillos con goles de Torrent y el de la tranquilidad, obra del Mariscal Juan Guedes.
La imagen recoge este momento del 2-0, con las gradas abarrotadas y también las célebres arenas traseras a la Curva. Obsérvese la ubicación de muchos aficionados en los muros perimetrales del Estadio Insular, incluso sobre el techo de tribuna.
Tras ese triunfo hubo que esperar a la jornada penúltima para celebrar en Abarán el ascenso a Primera División (0-0) y posteriormente celebrarlo en casa frente al Mestalla. Corría abril de 1964 y el equipo grancanario firmaba ante el balear un triunfo decisivo.