En varios aspectos del campeonato, podría considerarse al Atlético de Madrid como un némesis estadístico de la UD Las Palmas: El mayor número de portería a cero, la eficacia como excelencia frente a la posesión o la contundencia expresada en una sólida concepción defensiva. De hecho, ha sido el único equipo de Primera capaz de anotar dos veces 5 goles a los amarillos en las más contundentes derrotas locales. Y con el mismo entrenador, Simeone.

Esos datos no se pueden obviar cuando de nuevo este sábado a la hora de preparar el reencuentro de amarillos y rojiblancos en un Estadio de Gran Canaria que se pondrá de gala para el día. Es el instante ideal para demostrar que el fútbol no tiene grilletes, que los trazos de rebeldía mostrados por la UD en Getafe deben reiterarse para la oleada final de la temporada. No hay equipo reo eternamente.

También es la oportunidad para sepultar el otro dato que la memoria futbolística necesita extraviar: Las Palmas no gana en casa desde el 22 de diciembre de 2024, con una serie enlazada de desdichas que, sin embargo, no han desanimado a los leales seguidores grancanarios.

Para ganar al Atlético hay que plantear un partido como un todo: Poder defensivo, solidez colectiva con el balón, erradicar las pérdidas y acertar con el ‘descabello’ cuando la bestia rojiblanca muestre un signo de debilidad. No tiene otra solución la UD Las Palmas que hacerlo con regularidad de aquí hasta la jornada 38, porque la larga vida en la competición solo se demuestra con puntos.

Diego Martínez habló de ello en la víspera, sin menospreciar las opciones propias ni devaluar las enormes cualidades de un rival que solo tiene ya el refugio de la Liga para definir la dirección de la temporada. El Atlético es tercero en la tabla y si le quedan algunas opciones para campeonar, esas también pasan por ganar en la Isla … aunque clasificarse para la próxima Champions ya es en sí mismo un trofeo.

La fórmula de la doble punta (Fabio Silva-Oli McBurnie) ha sido una de las llaves de las últimas semanas. Con este modelo más ambicioso la UD trata de mejorar sus prestaciones ofensivas, aunque debe esmerarse y mucho en no dar tantas facilidades atrás. El dato de los 52 goles encajados en 31 es un dolor, máxime cuando solo en 3 ocasiones la portería quedó a cero.

“Llega el momento determinante”, llegó a afirmar el preparador de los amarillos. Y es ahora cuando toda la verdad sale a relucir. Y cuando los auténticos leales a la causa se dejan la piel en ello.