Elche-Las Palmas, una ronda que promete. Al quinto día tras cruzar la frontera de 2025 la UD Las Palmas tiene la cita copera frente al Elche CF, en un escenario que a veces ha sido talismán para los amarillos. Y eso es lo que pretende Diego Martínez este domingo, con un bloque condicionado por un morbo lógico, virus, molestias y la necesidad de no añadir mermas importantes en el teórico equipo titular de la Liga de Primera División.

Pero la Copa es el torneo en el que todos quieren avanzar porque existe una aventura tiene una confección en el que se admiten sorpresas. Eso es lo que pretende el propio Elche, de la mano de Eder Sarabia. Coinciden los franjirrojos con los amarillos de Martínez en que ambos conjuntos están en fase de inspiración en sus respectivos campeonatos regulares. Y ello invita a que el partido tenga apertura, dinamismo e, incluso, emociones.

No ha dudado en afirmar el técnico del Elche que la UD Las Palmas era el equipo al que habría elegido para el cruce sin necesidad de sorteo. Y que también siente que sus jugadores están preparados para abordar el encuentro como anfitriones y resolverlo a su favor.

Lo que Las Palmas ha demostrado hasta el momento en esta Copa es su oficio para sentenciar las dos primeras eliminatorias como visitante. Claro que tanto Ontiñena como Europa no tienen la fisonomía futbolística del Elche, ni un estilo tan atrevido como suelen mostrar los conjuntos de Eder Sarabia. Y ante Las Palmas lo mostró el técnico vizcaíno en dos ocasiones con el Andorra, aunque en ambas no hubo triunfo de su equipo.

Martínez tiene para este primer encuentro de 2025 muchas decisiones condicionadas. Porque no querrá poner en riesgo el bloque de la Liga a la vez que necesita dar minutos a los jugadores que plantean reivindicaciones; desde Horas hasta Marc Cardona.

Lo que se presagia es un buen espectáculo, pese a todo. Porque ninguno de los dos equipos es especialista en la contención y el abordaje del área rival es casi una obsesión. El partido promete y el premio de acceder a los octavos de final es lo suficientemente jugoso como para no presentarse en el Martínez Valero sin deseos de pasaportar hacia otra ronda. 

Y es que en el veneno de la Copa está la gracia del torneo.