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El tanto de Arturo Rodríguez, en el minuto 118 de partido y prórroga, desató una euforia que estaba contenida. La jugada salió perfecta, con una interpretación conjunta de Edu y Merino, las dos piezas de banquillo. Y el remate del zurdo atacante fue tan potente que el portero Owen lo rechazó, pero no pudo evitar que se colara en su portería.
Todos los jugadores abordaron el terreno de juego. Los canteranos de distintas categorías que acudieron al partido saltaron en una explosión de alegría porque esta vez el billete a cuartos no se escapaba.