Hay muchas rachas de resultados positivos en el expediente global de la UD Las Palmas en todas las categorías en las que militó. También en la actual Primera División. Aunque las firmadas desde la mudanza del club al Estadio de Gran Canaria han sido menos cuantiosas, porque en realidad los amarillos disputan esta temporada su quinto curso en la élite en el actual recinto.

La secuencia de resultados que está obteniendo Diego Martínez desde su llegada es espléndida: 6 victorias, 1 empate y 2 derrotas en la Liga. No consideramos las de Copa. Y la siguiente actuación en el campeonato como receptor del Getafe (domingo 12 de enero), permitiría a Martínez igualar una racha de resultados también muy valiosa que en su momento firmó Quique Setién, en 2015-16. Léase: 7 victorias, 1 empate y 2 derrotas en 10 partidos. Es decir, un triunfo más sería necesario.

Esta cadena de resultados fue la que propició que el técnico cántabro, que había relevado en el cargo a Paco Herrera, lograra estabilizar al equipo para lograr la permanencia durante esa difícil primera campaña tras el ascenso de 2015. Los marcadores de esa decena de encuentros fueron:

Eibar-Las Palmas 0-1

Las Palmas-Getafe 4-0

Villarreal-Las Palmas 0-1

Las Palmas-Real Madrid 1-2

Real Sociedad-Las Palmas 0-1

Las Palmas-Valencia 2-1

Deportivo-Las Palmas 1-3

Las Palmas-Sporting 1-1

Betis-Las Palmas 1-0

Las Palmas-Espanyol 4-0

Tratándose de la misma división y escenario, el triunfo ante el Getafe podría considerarse como un reto con listón para la plantilla de 2024-25 que, como aquella de Setién, debió remontar desde las profundidades de la clasificación para llegar a la orilla con salvavidas.

Hay más rachas durante una misma temporada de Primera dignas de ser evaluadas, como la de Pierre Sinibaldi en 1971-72 (7 victorias, 1 empate y 2 derrotas), Luis Molowny en 1967-68 (7 victorias y 3 derrotas) o Saturn Grech en 1955-56 (7 victorias y 3 derrotas) … aunque sin duda, por las consideraciones del fútbol actual, la de Martínez y sus jugadores tiene un gran alcance meritorio.

Pero todo empieza precisamente por continuar sumando. El reto está servido.