La defensa de la UD es menos profunda y más vulnerable. Esa es la síntesis que se podría extraer de un curioso estudio divulgado en la red durante la ventana FIFA. En él se ofrece un dato diferencial en 2024-25 con respecto a la precedente etapa de García Pimienta. Se refiere a la distancia de la ubicación de los dos zagueros centrales en el esquema de Luis Carrión, que retrasan más de dos metros -de promedio- con respecto a la campaña precedente.

Esta estimación es la relacionada con la posición cuando el dúo no está en el ahora denominado bloque bajo defensivo, porque la distancia se acortaría mucho más, hasta el borde del área.

Es un registro relevante que puede también estar vinculado a la pérdida de porcentaje de posesión que ofrecen los amarillos de un año a otro. Hay que recordar que los momentos de mayor lucidez en el juego de la pasada temporada mostraba a una UD Las Palmas con su última línea defensiva cerca del centro del campo y con el portero (Valles) fuera del área, actuando como hombre libre a 30 metros de su sitio natural. Esa osadía táctica es hoy un recuerdo.

Los datos referidos de los promedios pasan de los 31,9 metros actuales desde los 34.0 metros de la pasada temporada. En aquel entonces, destacaba en el dúo de zagueros amarillos la velocidad de Saúl Coco como primera pieza en los momentos de rápidos repliegues.

En ese análisis del comportamiento de los centrales existe una tendencia también a que el defensa zurdo esté ahora varios pasos retrasados sobre su compañero diestro.

En cuanto a los dos jugadores laterales de la era Carrión, de una temporada a otra la UD Las Palmas presenta un promedio de unos 44 metros en su línea más avanzada.

El dato más llamativo de este análisis lo representa el Celta, porque sus laterales se sitúan a 58,8 y 61,7 metros de promedio, teniendo en cuenta que están escoltados por una defensa de tres componentes centrales que cubren las espaldas.

Le damos valor a esta apreciación táctica porque Las Palmas ha pasado de un año a otro a ser un equipo difícil de batir a más vulnerable. De 1,2 goles encajados por encuentro tras 38 jornadas a 1,9 en 9 partidos. Y sin lograr una portería a cero.

Queda ver ahora cómo es la respuesta del equipo con la propuesta de los amarillos con la idea que implante Diego Martínez.