Carlos Navarro Marín (Valencia, 30 de enero de 2004) ha entrado con fuerza en el peldaño formativo de Las Palmas Atlético. El defensa central de 1.90 cazó la titularidad desde la primera jornada e instala su nombre con firmeza en un equipo que trata de recuperar el terreno cedido hace tres temporadas.

Navarro no es debutante en Tercera RFEF, porque con anterioridad ya lo había hecho con Yoni Oujo en la etapa de aquél en Las Palmas C. “Estuve hasta noviembre, para luego jugar en el juvenil A del club”, recuerda con frescura.

El futbolista amarillo dejó de ser un xiquet hace tiempo, cuando el fútbol lo captó para crecer en todas las dimensiones. Se inició en el Rumbo CF, para luego pasar por el Colegio Salgui, Alboraya UD hasta ser captado por el Valencia en su primer año de cadetes. Una cesión al club anterior fue el preámbulo para hacer las maletas e irse a probar el barro del Norte, con el Deportivo Alavés. Estaba ya en su primer año juvenil para luego cruzar el país hasta la frontera Sur, uniéndose a la causa de la UD Las Palmas. Y así, tras una nueva cesión en el San José valenciano, ahora es miembro de pleno de Las Palmas Atlético completando con varios matices futbolísticos su formación.

La macedonia futbolística del defensa central le permite conocer distintos estilos y entender que “no tengo problemas a jugar con delanteros muy físicos, que sean altos como mi caso. De hecho estoy acostumbrado. Me gustan más que los pequeños, porque esos tienen más movilidad y no van al choque. Son capaces de liarla, como nos ocurrió el día frente al Unión Viera”.

Del Centro al Norte y, luego, al Sur

“En Vitoria entrenábamos con guantes, abrigados, casi siempre lluvia y era un fútbol distinto al que se practica en Canarias. Me gusta más el estilo de aquí. El conocer los modelos de los equipos en los que estuve me ha ayudado como jugador, a curtirme con un estilo de juego propio en el que puedo distinguirme”, avisa.

Entre las edades cadete a la actual apenas ha crecido Navarro 5 centímetros de estatura, según confiesa, pero “no en volumen muscular. Antes era muy flaquito, un palillo, y alto, ahora estoy más compensado”.

También admite sobre sí mismo que “desde el principio siempre sentí que, por mis condiciones, puedo llegar al fútbol profesional. Es algo que he tenido en mente desde siempre. Era el más alto de mis equipos y de alguna forma destacaba”.

Sus cualidades balompédicas pasan por “el juego físico, sin duda. Voy bien de cabeza. He hecho goles como el de este inicio de temporada. Es uno de mis fuertes”.

La sencillez y la tranquilidad

Pero de todas esas experiencias, Carlos Navarro se queda “con el fútbol de aquí. Me ha aportado en el juego sencillez y tranquilidad. Visualmente es un fútbol que alegra verlo y divierte jugarlo”.

Como todo defensa moderno, Navarro ha progresado en la exigencia de jugar el balón desde sus posiciones tan atrasadas. “Eso lo trabajamos a diario. Es una asignatura en la que siempre hay algo que retocar y mejorar. Esta temporada he jugado con Brian Velázquez en el centro de la defensa. Nos entendemos muy bien, igual que me pasa con otros compañeros del equipo”.

Cuando habla de sus socios de vestuario utiliza la palabra “familia”, porque “es algo que aprecio. Nos mantiene unidos en todo momento. El grupo es muy bueno y solidario”.

Las Palmas Atlético ha saldado el primer mes de competición instalado en las primeras posiciones del grupo canario. Navarro entiende que “eso lo vamos a ver hasta el final, con mucha igualdad en la competición”. Se atreve a vaticinar que en el grupo de elegidos pueden estar el “San Fernando, por el tipo de juego que tiene porque es difícil de ganar. También Lanzarote, al que ahora nos enfrentamos, ya que es un equipo duro. ¿Dos conjuntos más?. El Arucas me gustó, con un estilo parecido al nuestro y con dificultad para ser batido, … y el Marino”.

Compartir la gloria con el máximo rival   El momento que lo cambió todo el camino en la vida “Diría que fue el instante en que salí de casa para ir tras mi sueño. En ese momento sientes que estás viviendo algo superlativo. Sí, fue difícil la decisión. No soy una persona que se abre a los demás a la primera. Pero quien me conoce sabe que me cuesta alejarme de mi familia y amigos. Solo tengo una hermana”   El campo donde iba de niño (xiquet) “Siempre fui más de ir a Mestalla a ver al Valencia. Pero últimamente me está gustando más ir al Ciudad de Valencia (campo del Levante). Si debuto alguna vez en Primera quiero hacer en el Gran Canaria, en casa. Y como visitante, en Mestalla. Irá mi familia y amigos”     El defensa central admirado “Siempre fui defensa, aunque en fútbol 8 jugaba en otras posiciones. En su momento me gustaba mucho ver jugar a Sergio Ramos. Y aún me llama la atención, aunque ahora no esté en la Liga española. Por mi posición como central izquierdo, Pau Torres también cuando estaba en el Villarreal”   Jugar contra los que marcan la diferencia “Me gustaría encontrarme en el campo a un delantero de máxima categoría, como Lewandowski o Mbappé. Me encantaría contra ellos porque son los rivales que te exigen y ves tus cualidades. A los bajitos … mejor que se vayan a jugar de extremos. Quiero jugar contra los delanteros que marcan la diferencia”   No estar tan lejos del mundo profesional “Alguna vez sí he entrenado con los profesionales de la UD Las Palmas. La sensación fue muy buena. Te das cuenta de que estás a pocos pasos de ellos. Sentí que no estaba tan lejos del fútbol profesional, que trabajando puedo llegar allí perfectamente”   El gol al San Fernando “Mi mejor gol … podría considerar el de esta misma temporada, con Las Palmas Atlético. Fue contra el San Fernando y fue un remate de cabeza en el segundo palo que sirvió para el empate. No sé si visualmente ha habido alguno mejor, pero ese me hizo sentir. ¿La cena?. La Diego (Martín), su pase fue espléndido. Tiene muy buena zurda”   La gloria compartida en unos Juegos Olímpicos “El momento que me ha marcado en el deporte ocurrió en los Juegos Olímpicos (de Tokio) cuando dos saltadores decidieron renunciar al último listón para compartir la medalla de oro (el italiano Gianmarco Tamberi y el catarí Essa Barshim). Habían tenido una lucha tremenda durante la prueba y los dos sintieron que el rival también merecía la medalla de oro. Fue algo muy bonito y me emocionó la nobleza de ambos. Me enseñó que la victoria merecía ser compartida y disfrutar del momento con el máximo rival. No presidió el egoísmo. Para mí fue algo inolvidable”     “El deporte sí me ha hecho llorar varias veces. Por ejemplo, con la selección española. Con lo mío suelo contenerme. Intento ser sereno”   Cocinero de arroces y pasta “En el piso cocinamos los tres compañeros que vivimos allí. En mi caso me gusta hacer arroces y también la pasta con salsa carbonara. Sé también preparar el cocido para hacerme fideos, que es una receta de mi madre. Hago cosillas para por lo menos sobrevivir”   La otra vocación: Bombero “Como alternativa al deporte me habría gustado ser bombero. Porque lo mío es lo físico, supongo; tengo gusto personal por esa profesional. Lo quiero descartar porque mi futuro es futbolista profesional”