Algo sí ha conseguido Jasper Cillessen en sus tres primeras jornadas oficiales como portero de la UD Las Palmas: Hacer que el nombre de Álvaro Valles solo circule por Gran Canaria vinculado como tema de futuro del propio jugador sevillano. Porque añoranza no ha despertado.

No lo tenía fácil el guardameta holandés que, como ya hemos dicho en anterior oportunidad, es el portero con más edad debutante en la UD Las Palmas. Este jueves se convirtió en uno de los principales protagonistas del partido, sin duda con una parte proporcional importante del punto logrado frente al Real Madrid a través de sus intervenciones.

El neerlandés conocía bien la Liga antes de venir por sus pasos anteriores en los proyectos del FC Barcelona y Valencia. Asumir el reto en la UD Las Palmas, un equipo con uniforme de sufridor, es para él una prueba especial porque trabajo en abundancia lo tendrá.

Frente al Sevilla y Leganés ya dejó entrever que sus reflejos y buen juicio bajo palos están intactos. Sin duda, ha tenido algún problema más con el pie que con los guantes. Pero frente al Real Madrid, ante la teórica mejor batería ofensiva del campeonato, el holandés sacó nota sobresaliente. Rechazó cada uno de los disparos visitantes y solo a través de una pena máxima pudo ver su dominio vulnerado, aunque llegó a adivinar la dirección del chut de Vinicius.

Los rechazos a los disparos de Valverde y Rudiger, en especial, fueron escalofriantes; dignos de un portero de gran nivel técnico.

Los datos de Cillessen en la apertura del campeonato son para tener en cuenta en un doble sentido:

13 paradas de un total de 18 disparos rivales hacia su portería hablan sobre lo acertado que ha comenzado la competición. Algunos chuts, a quemarropa.

Es elevado el número de tiros concedidos porque de la abundancia también nace la cosecha contraria.

Pero Cillessen, con su trabajo, no ha generado debates. Le cuesta sonreír, eso sí, pero será cuestión de tiempo el que también se contagie de la alegría de un vestuario al que sus paradas han hecho feliz.