Produce escalofríos mirar la clasificación antes de acudir a Mestalla para el Valencia-UD Las Palmas de este lunes. Los dos equipos se cruzan en el final de la décima jornada y Ambos, hundidos en la tabla, tratarán mutuamente de iniciar un nuevo camino hacia la salvación en una noche tensa, cargada de responsabilidad.

Y también de incógnitas. La UD Las Palmas es quien más presenta incertidumbre porque la nueva etapa técnica, con Diego Martínez al timón, insinúa que puede ser el equipo que esté en condiciones de sorprender en lo táctico y en lo anímico al rival. Y estas dos facetas van unidas cuando se toca la tecla del cambio de entrenador.

El propio Pipo Baraja ha admitido que no tiene prejuicios técnicos sobre cómo afrontar el partido ante un rival que lleva a Valencia tras 3 jornadas sin dejar a cero su portería, con 3 puntos en su cosecha y ya alejado 5 peldaños de la zona tranquila.

Pero es que el Valencia tampoco está como para celebrar una mascletá. Su dato más relevante es que comparte el peor registro realizador de la campaña, con solo 5 goles en su haber. Y es el más extraño de las actuaciones prestaciones de un equipo con tanta reputación en el fútbol español.

Las Palmas ya no tiene esquinas donde refugiar su pésima racha. Curiosamente fue el Valencia el último equipo al que venció en la Liga o en partido oficial, allá por el 10 de febrero de este mismo año. Desde aquel 2-0 en el Gran Canaria han pasado 254 días (8 meses y 11 días) y el destino ha querido que el ciclo de Diego Martínez se reanude donde técnicamente se inició la pésima racha actual.

Varios son los jugadores recuperados en la convocatoria del nuevo entrenador, desde Cillessen, Mármol o McKenna hasta el capitán Kirian. El primer once del preparador gallego es el interrogante al que se refería Baraja. Y también el modelo elegido en el sistema, aunque apuntan más sus novedades a la confianza del equipo que al dibujo táctico que pueda presentar. Los puntos ‘están’ en la cabeza de los futbolistas. Y también la posible salvación.