PERSPECTIVAS 2024-25
Cinco de las diez primeras afirmaciones de reforma de la plantilla profesional afectan de alguna manera al vuelo por las alas de la UD Las Palmas en 2024-25. La renovación de Marvin Park, ya en título de propiedad, se une a las llegadas de especialistas como Manu Fuster y Viti Rozada. A ellos hay que añadir el polivalente atacante Iván Cédric e, incluso, a Alex Muñoz en su condición de posible lateral profundo en la izquierda.
No se queda atrás la promesa canterana Ale García, que regresa con interesantes bríos tras su paso por Antequera. Tampoco serán estas las últimas decisiones sobre la flota de ‘aviadores’ de Luis Helguera, entre otras cosas porque la puerta del vestuario tiene también que dar un giro para la descarga de piezas.
Hay un evidente intento de reinvención del juego en el último tercio del campo, algo que tanto preocupó al club y a sus aficionados en el tramo final de la pasada temporada. Quizá la mejor respuesta como ‘pelota a seguir’ la está ofreciendo en la Eurocopa la selección española, salvando distancias: No renuncia al fútbol de posesión, pero perfora las líneas rivales con jugadores de banda rápidos y profundos. Nico Williams y Lamine son esos arietes que resuelven o eliminan el denominado ‘fútbol parabrisas’. El asunto de la posesión sin pegada es materia de debate no solo en el Estadio de Gran Canaria. El paso evolutivo es inevitable para sobrevivir.
Luis Carrión tendrá nuevas herramientas para ello, aunque algunas también ya fueron conocidas en la etapa de García Pimienta. En las mini vacaciones del técnico tendrá un bloc de notas para encontrar soluciones al ataque amarillo. Y en él, esos nombres que ya conoció bien porque fue técnico o rival de los protagonistas en Segunda División.
El extremo puro de antaño es especie en extinción desde hace décadas. Curioso es que cuando aparece alguno en un rectángulo de juego, los ojos técnicos brillan tras su localización. Y Las Palmas puede entender que por ahí encontrará el camino para volver a sorprender en una competición tan exigente como la Primera española. El estilo de antes puede ser la solución de los atascos de ahora.