EL PARTIDO DE LA JORNADA 15
Se ha convertido en un clásico. Cada vez que la UD Las Palmas (o cualquier equipo modesto) ha de rendir visita a los poderosos de la Liga, prácticamente se vuelve equipo invisible. Porque apenas ocupa la atención ni está considerada de antemano para ejercer el factor sorpresa.
Y eso es en sí mismo una puerta a la oportunidad, a ofrecer una actuación poco esperada en partidos como el de este sábado cuando visite al líder e intacto conjunto anfitrión de la vigente Liga.
Las Palmas no cuenta en los pronósticos, tampoco en las apuestas y ni siquiera en los comentarios del técnico rival. No le dedicó una sola palabra en la víspera. Pero también saben los jugadores de Diego Martínez que todo lo que tengan que ganar en una cita tan compleja tendrá que salir de su propia chistera.
El entrenador amarillo ha pedido la “inteligencia natural” de sus futbolistas para derribar los conceptos que promueve la artificial. Todo pasa por lo que correctamente afirmó Martínez: Hacer un partido perfecto, certificar en las áreas con precisión y que el rival no tenga el día.
Probablemente sea el tercero de estos puntos el que dé alguna opción más a los visitantes, que ya la pasada temporada solo sucumbieron por un solitario tanto. Y que, por momentos con García Pimienta, hicieron creer que podrían firmar la sorpresa.
La principal novedad en el once grancanario está en el lateral izquierdo por la segura ausencia de Álex Muñoz. Y quizá la previsible vuelta al once de Alberto Moleiro, un jugador cargado de minutos en la Liga, pero también el que más imaginación está poniendo de forma constante en las actuaciones del equipo.
El potencial del Barcelona es absoluto e innegable. Si no es Lewandowski será Raphina, Olmo o Yamal, con un Pedri en esta de gracia que se cruzará al equipo que lo colocó en el escaparate profesional con apenas 16 años.
Es un partido lleno de incentivos. Y debe saber el vestuario de Las Palmas que la permanencia no pasa por lo que logre en la residencia del FC Barcelona. Pero también cualquier punto que allí se obtenga puede ser un chute de moral para seguir en la batalla.