Jaime Mata fue el primer relevo de los cuatro decididos por Diego Martínez en el partido de este viernes frente al Osasuna. Al experimentado delantero le tocó abordar el partido en el momento más complejo, porque saltó al campo cuando se había adelantado en el marcador el cuadro visitante y apenas unos minutos antes de que Dario Essugo (que se ha complicado más al señalar en acta el colegiado sus aplausos en señal de ironía) fuera expulsado.

La realidad es que Las Palmas fue más profunda e incisiva cuando se vio por detrás en el marcador y con una pieza menos en su bloque. La primera escena en la que se vio a Mata fue precisamente tratando de alejar a Essugo cuando iba a pasar a palabras con el colegiado Gil Manzano. Le evitó a su compañero portugués que el número de partidos a los que tendrá que enfrentarse en el dique seco sea menor, porque esa segunda parte de los incidentes no constaron en el documento oficial del partido.

Pero con Mata, en una posición cerca a la del ariete Fabio Silva, Las Palmas logró que Osasuna diera pasos en dirección a su propia portería. El delantero de refresco interpretó correctamente esos momentos, generó dudas entre los centrales y jugó en el límite de la frontera del fuera de juego. De hecho su mejor ocasión fue anulada por esta causa. Tocó poco el balón (11), disparó apenas (1), pero fue una pieza de activación ofensiva hasta que llegó el emotivo gol del belga Januzaj.

Jaime Mata ha sido primera elección atacante de Martínez por delante de McBurnie o Marc Cardona. Todavía no ha marcado en Liga, sí en Copa, y no está fino en el remate desde su llegada al equipo. Pero esos instantes de jugador experto se dejaron ver cuando lo más difícil era gestionar la frustración o el enfado. Los 34 minutos de su labor ante Osasuna dejaron semillas.