Posiblemente, el fútbol tradicional de la UD Las Palmas y el del Athletic han vivido en las Antípodas el uno del otro. Pero la historia que existe entre ambos equipos es de admiración mutua, de dos modelos de entender la cantera que, en relación, es el punto de encuentro entre ambos.
La afición del Athletic ha aplaudido en más de una ocasión a los amarillos de la UD Las Palmas. Y, viceversa, la de la Unión Deportiva lo hizo con los leones rojiblancos. Quizá el momento sublime de esta expresión de honra al rival se pudo producir en 1983 y en el Estadio Insular: En el día más doloroso en la historia de la UD Las Palmas, hasta aquel momento, los aficionados grancanarios se quedaron en el recinto para ovacionar al campeón de Liga Athletic dando la vuelta de honor. Todo ello, sin obviar las lágrimas del descenso de la Unión Deportiva.
Ese estilo tan distinto el uno del otro, que todavía hoy conserva algunos perfiles identitarios, es quizá lo que argumenta el seguimiento de rojiblancos a amarillos y viceversa. Como botón de muestra puede ser la etapa de Iñaki Sáez en el club isleño, primero como entrenador y luego como director deportivo. En aquel momento decidió aportar al grupo profesional el fútbol del Norte que trajeron los Sarriugarte, Xabier, Eléder y Asier Inchaurraga. Y todos ellos calaron en el corazón del Estadio Insular, ensamblando un modelo enérgico a la técnica de sus compañeros isleños.
El destino quiso que el Athletic también fuera testigo de uno de los momentos más emotivos vividos en el nuevo estadio de Gran Canaria. Fue el rival visitante al que le tocó en el epílogo de 2015-16 asistir a la despedida de un jugador con tanto significado y sabor al estilo UD: Juan Carlos Valerón. Aquellos chicos del Athletic no se fueron a vestuarios y, tras el partido, se quedaron en el césped para unirse a la ovación como admiradores del jugador que colgaba las botas en el club donde había brotado.
Y así, historias enlazadas que en 2024-25 volverán a tener un nuevo episodio con el regreso del Athletic a la isla. Y grandes partidos firmados con solo dos empates sin goles en la isla. Porque el espectáculo del choque de dos modelos es seguro.
