Llegó a la Unión Deportiva Las Palmas hace 53 años, en Primera División, y no ha vuelto a su Argentina natal porque quedó declarado en rebeldía al no cumplir el servicio militar. <br/> Fue internacional con Ecuador con un pasaporte falsificado en 1957 para reforzar a la selección de aquel país en el Campeonato Sudamericano: Ahora habla para Tinta Amarilla tras décadas en el olvido
Jorge Larraz Camardelli (Buenos Aires, 12 de abril de 1934) dejó Argentina cuando apenas tenía 19 años. Era miembro de una familia de futbolistas: Padre arquitecto, después de haber defendido la camiseta de Estudiantes y dos hermanos jugadores de Olimpo de Bahía Blanca y Racing de Avellaneda, que luego emigraron para buscar el salario en otras ligas del continente americano. El 'pibe' Larraz era de Independiente de Avellaneda, como la mamá, hincha habitual de los rojos. Pero apenas dos encuentros en la Primera División con su club le sirvieron para que hiciera las maletas y emprendiera un largo camino hasta llegar a España, a través de la Unión Deportiva Las Palmas. Su historia está llena de anécdotas y de hechos singulares. El primero de ellos es que desde aquel día no ha vuelto a pisar tierra argentina: "Lo que hizo Alfredo Di Stéfano, yéndose a jugar a Millonarios de Bogotá, abrió los ojos a muchos jugadores de mi país natal. Yo hice lo mismo: mi hermano consiguió que me ficharan en Ecuador y apenas con esos dos partidos en Primera me fui de casa. Mi madre estaba contenta y me animó a ello, porque en aquella Liga se pagaba muy bien y ese fue el único motivo por el que salí de casa. Éramos once hermanos, además, y ganar dinero era importante", apunta con un acento canario inequívoco que no delata su procedencia.
CAMBIO DE NACIONALIDAD
Larraz estuvo primero seis meses en la Universidad Católica de Quito y luego ingresó, por espacio de tres temporadas, en el Emelec de Guayaquil, donde logró alcanzar la consideración de sus aficionados y de la Asociación de fútbol ecuatoriana. "Como ya digo, se ganaba bien. En aquel momento me pagaban tres mil dólares estadounidenses al mes. Eso era una gran cantidad de dinero a la que no podía renunciar. Y me fueron tan bien las cosas que entonces me convirtieron en internacional por Ecuador. Jugué unos treinta encuentros entre amistosos y partidos oficiales", recuerda. Pero descubre que aquella nacionalización fue tramada por los federativos ecuatorianos para fortalecer a su equipo nacional en las competiciones en las que participaba: "Me falsificaron unos papeles para poder jugar con Ecuador. El seleccionador era también argentino, Eduardo Spandre, y confiaba mucho en mis cualidades. Me buscaron un supuesto pariente en Ambato y así fue cómo aparecieron mis papeles ecuatorianos. Yo era argentino cien por cien". Y ocurrió que en el Sudamericano de 1957 se cruzó con el combinado de Argentina, donde algunos jugadores albicelestes le reconocieron: "Tenía una selección bárbara con Sívori, Rattin, Rossi, Corbatta, Angelillo, ... Antes del partido estuvimos hablando y me dijeron entre bromas: "Petiso, ¿no te de vergüenza venderte a Ecuador?". Les dije que no me picaran para el partido. No hubo problemas porque el secreto se mantuvo entre nosotros. Argentina estaba intratable, de todas formas, y ganó aquel campeonato con gran autoridad". Entre los encuentros diputadas en el Sudamericano de Lima, Larraz rescata el partido que disputó a Brasil: "Pelé era un niño y estaba en el banquillo. Pero en el campo había otro fenónemo, Garrincha. Sin embargo Argentina les pasó también por encima".
Larraz se define como "un jugador muy rápido, buen regateador y definidor. Iba bien en el área con todo, incluso de cabeza porque remataba anticipándome a los defensas. Si me tengo que comparar yo pondría como ejemplo a Juanito, el del Real Madrid, aunque él era más lento. En mi época, Paco Gento y yo éramos los más veloces de la Liga española. En Ecuador me salieron las cosas muy bien pero, pasados unos años, mi hermano mayor me recomendó que saliera del país hacia otro destino". Y fue así cómo le llegó la oferta de la Unión Deportiva Las Palmas no sin antes tomar la más importante decisión de su vida. "Mi madre me dijo que no volviera a Buenos Aires. Era la época de Perón y yo tenía la obligación de haber ingresado en el ejército a los veinte años. Pero no lo hice por lo que sin duda había sido declarado en rebeldía. Me recomendaron mis familiares que no regresara porque podría pasarlo muy mal".
BASILIO PADRÓN LE RECOMENDÓ
Fue el jugador argentino Basilio Padrón quien habló del hábil delantero compatriota suyo a los rectores de la UD Las Palmas. Larraz llegó a la Isla "con los ojos cerrados. Me preguntaron por qué iba a un conjunto que estaba en la parte baja de la clasificación española y por qué no me decidía a apostar por un equipo de mayor relieve. Sin embargo dije que quería conocer qué era una isla pues siempre tuve la ilusión de vivir en ella. ¡Y tanto!. Aquí sigo y aquí quiero morir", afirma. Al llegar a la UD encontró un equipo maduro, compuesto por jugadores veteranos, que aspiraban a continuar en la máxima categoría española tras el segundo ascenso. "Me amoldé bien al juego de Las Palmas. Marqué goles y tenía ganas de triunfar en España". Coincidió en el equipo amarillo con el propio Padrón y el mundialista paraguayo Parodi.
CONTRA EL LEVANTE, EL MEJOR TANTO
Con la camiseta grancanaria, entre 1958 a 1960, Jorge Larraz marcó 16 goles, 13 de ellos en Primera División y uno más en la promoción de permanencia de 1959, frente al Levante. "Ese tanto fue el mejor de todos los míos en la Unión Deportiva Las Palmas. Le pedí el balón al portero Pepín en nuestro campo y arranqué con velocidad esquivando a cada uno de los rivales que encontré en el camino hasta marcar. Era nuestro segundo tanto y ganamos 1-2. Luego el equipo se salvó del descenso", recuerda con viveza. "Fue un gol espectacular que el público del Levante incluso aplaudió. Lo conservo como un tesoro en mi memoria".
Jorge Larraz también vistió la camiseta blanquiazul del CD Tenerife porque acabó aburrido de Heriberto Herrera en el Granada. "Su sistema, tan italiano, no era para mí ni mi estilo era para él. Le gustaba jugar replegado y no le agradaba que un futbolista regateara a un contrario. Le dije que me iba y, como no podía volver a Las Palmas, me cedieron al Tenerife porque estaba cerquita. Tengo un buen recuerdo de este equipo ... porque en esos seis meses me pagaban 300.000 pesetas por cada partido jugado".
Sus amigo íntimos le siguen llamando Pibe. Está alejado de fútbol y apenas tiene contacto con algunos ex jugadores de la Unión Deportiva. Desde que abandonó el deporte se instaló definitivamente en 'su' isla, sin hacer ruido. Ha ido en tres ocasiones, de incógnito, al Estadio de Gran Canaria que "es muy bonito, pero no gusta la distancia con el campo". Pero ya no tiene intenciones de regresar a su tierra natal: "cogí miedo por aquello que me dijo mi madre y aún lo tengo. Además, no me gustan los aviones y en esta isla se vive muy bien", afirma. Once hijos, un regado de nietos, familia en muchos lugares del Planeta, ... pero Jorge Larraz tiene muy profundas sus raíces en una tierra que le recibió con los brazos abiertos hace 53 años. En realidad es otro canario más nacido en Buenos Aires, "en Avellaneda, calle Stanislao del Campo número 1839. De eso no me he olvidado".
Larraz, en el centro, junto a Felo, Vázquez, Silva y Macario. (Historia de la UD Las Palmas)
RECUERDOS
"SILVA, MUY BUENO; FELO, GENIAL". "De los jugadores que conocí en Las Palmas destaco a Alfonso Silva. Era muy bueno, técnicamente casi perfecto, un jugador superior pero algo lento. Me entendí de maravilla con Felo Batista, que tenía una genialidad extraordinaria y además sacaba la cara siempre por todos los compañeros. Mujica estaba en sus últimos años; era un defensa muy listo pero le faltaba ya fuerza y velocidad. Naranjo corría y luchaba por todos. Pepín era un porterazo, con reflejos y rapidez de movimientos. Teníamos un buen equipo, pero algo mayor".
"ME HABRÍA GUSTADO JUGAR CON LOS DIABLILLOS". "Cuando llegué a Las Palmas disputábamos amistosos los jueves contra los equipos de la cantera. Ya venían los Germán, Tonono, Guedes y compañía. Se veía que eran unos futbolistas de primer nivel, con una clase excepcional. Y esa fue una ilusión que no alcancé porque, pasados los años, he pensado que me habría gustado jugar con los diablillos. Cuando yo llegué al equipo era uno de los más jóvenes y cuando ellos lo hicieron ya me habían vendido al Granada. Las Palmas cobró cuatro millones de pesetas de aquella época por mi traspaso. Fui rentable porque tampoco costé nada".
"LE DIJE A PUSKAS BARRIGÓN". "Siempre había charla entre jugadores rivales antes de los partidos. Como tenía amistad con Di Stéfano, tuvimos una amena reunión en el césped del Insular y Puskas, al verme, comentó que con mi físico qué podía hacer en el partido. Mido 1,62, pero le dije que se fijara bien, que le iba a desbordar en velocidad porque él era un barrigón. Nos echamos a reír todos. El ambiente entre los futbolistas era de mucha camaradería".
"SEMINARIO, EL MEJOR DELANTERO". "El mejor delantero de mi época considero que era Seminario, el peruano del Zaragoza. Era duro, 'pelión' y un poco cabrón. Si le dabas, él te daba más fuerte. Y hacía muchos goles. Fue un jugador muy difícil de cuidar para cualquier tipo de defensa".
"EN MI ÚNICO DERBI CASI ME MATAN EN EL PRIMER MINUTO"."Sólo participé en un derbi Las Palmas-Tenerife. Fue en el Heliodoro, en un amistoso, y en el primer minuto casi me matan. No recuerdo cómo se llamaba aquel defensa tinerfeño, pero me entró con tal fuerza que todavía no sé cómo no salí lesionado. Fue directo a romperme la pierna. Le expulsaron, claro".
"JUGUÉ EN EL RACING DE FERROL CON 'SÓLO' UNA PIERNA". "Mi última etapa profesional fue en el Racing de Ferrol, después de haber pasado por Las Palmas, Granada, Tenerife y Deportivo de La Coruña. Sufrí una lesión de ligamentos en la rodilla y por ello jugué durante dos años utilizando una pierna, la derecha. No me daba descanso por las necesidades del equipo. Aún así marqué 32 goles. Me retiré con 31 años de edad".
"TUVE NEGOCIOS CON NELLI EN LAS PALMAS"."A César Nelli le traje a la Unión Deportiva. Durante algunos años fuimos socios en varios negocios. Fundamos 'Argentina Gril' en Guanarteme y 'Caminito Gril' en Mesa y López. Luego él se marchó y, pasados unos años, abandoné esta actividad".
Manuel Borrego