PÁEZ: "En mi época firmabas por la Unión Deportiva para toda la vida"
14/05/2011

El isletero 'viajó' siempre de amarillo y en Primera. Empezó como delantero y acabó como defensa. "El fútbol no me dio dinero pero fui feliz en el club que amaba"

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Manuel Borrego

Federico Páez (Las Palmas de Gran Canaria, 18 de febrero de 1948) fue eficiente todoterreno de la UD Las Palmas durante doce temporadas. Su basta vida deportiva recoge un hecho singular: empezó y terminó frente al mismo rival, el Athletic de Bilbao, aunque con resultados antagónicos. El 4 de septiembre de 1971 saltaba por primera vez de amarillo en el Estadio de San Mamés. "No me lo podía creer", expresa. "En teoría iba a jugar el argentino Adolfo Soto, pero no llegaron a tiempo sus papeles. Tonono, que lo sabía todo, me dijo en el almuerzo que iba a ser titular y pensé que era una broma porque Sinibaldi no había dado la alineación. Pero no: me temblaron las piernas de la emoción cuando se confirmó el once. Marqué el gol de la victoria (1-2) al 'Chopo' Iríbar. El tanto lo recuerdo perfectamente. Fue un punterazo junto al poste, un obús. Me había salido un buen partido e, incluso, antes tuve una gran oportunidad que Iríbar me sacó a mano cambiada. Estaba tan nervioso tras la victoria que no pude dormir después del encuentro", Pero el destino le tenía reservado el final más duro a su etapa profesional. El 1 de mayo de 1983 colgó las botas el día que Las Palmas cayó a Segunda División tras 19 temporadas consecutivas en la élite. Y el rival fue también el mismo (1-5): "Fue un palo muy duro, del que tardé mucho tiempo en recuperarme. Jugué hasta el descanso y lo viví con mucha tristeza. Lo habría dado todo por dejar a la Unión Deportiva en Primera".

Se siente orgulloso Páez de haber pertenecido de por vida al conjunto grancanario. "El mundo antes era diferente. En mi época firmabas por Las Palmas para toda la vida. Yo lo hice dos veces: el primer contrato y otro revisado cuando se produjo la primera huelga de futbolistas. Todo estaba en manos del club, había plena confianza. El fútbol no me dio dinero. Me dio una casa, un trabajo, amigos, ... pero fui feliz porque estaba en el club que amaba", señala aunque recuerda que "por lo que yo sé, el Atlético de Madrid se interesó por mis servicios al principio. Pero jamás pensé en la posibilidad de salir de aquí".

PRIMERO, DELANTERO
Páez se había iniciado en el Porteño y en el Aficionado de la UD como delantero. Pero iba a sufrir una metamorfosis total con el paso de los años. "Siempre marcaba muchos goles, iba bien de cabeza", advierte. Primero fue el corso Pierre Sinibaldi el que le retrasó hasta el centro del campo y, más tarde, Germán Dévora acertó a ubicarle como defensa central. "Pero yo me sentía a gusto como centrocampista, esa es mi posición natural. El mejor consejo, sin embargo, me lo dio Tonono. Reconozco que corría de aquí para allá, sin tino alguno, como un pollo sin cabeza, y él me dijo que me tranquilizara. Me ordenó para estar siempre en el sitio correcto. En el fútbol puedes tener buenas condiciones físicas y técnicas, pero saber estar en el campo es otra cosa. Se aprende con los años o se nace con este don".

Considera que su mejor encuentro personal lo disputó en Málaga: "Fue un partido embarrado, donde había que luchar mucho. Nosotros teníamos siete negativos en la clasificación [para el lector más joven: en aquella época los negativos o positivos que lucían los equipos en la tabla servían para calibrar los puntos perdidos como local o conquistados en los desplazamientos respectivamente]. Estábamos en posición delicada", continúa Páez, "pero hicimos un encuentro completo y yo marqué el gol de la victoria. Fue otro punterazo, desde casi el centro del campo. Deusto intentó recoger el balón pero se le escapó entre las piernas y entró lentamente, con mucho suspense".

COMO EL BARÇA DE HOY
Páez saca pecho al recordar el estilo de la UD de su etapa: "Jugar con aquellos futbolistas te hacía sentir grande. Las Palmas hacía un fútbol de toque, muy bonito, como el Barça de hoy, aunque más lento porque este deporte ha cambiado mucho con los años". Por ello se identifica con la nueva hornada de jugadores que ahora dirige Paco Jémez: "Ese estilo lo reconocemos todos los ex futbolistas del equipo, vemos que es el mismo con el que triunfó Las Palmas en otras épocas. Jonathan Viera y Vitolo, al que deseo su pronta recuperación, están un punto más que el resto y pueden jugar pronto en Primera. Yo espero que sea con la camiseta amarilla".

Páez sigue en el organigrama de la Unión Deportiva, ayudando en la instrucción de los jóvenes valores. "La afición tiene que estar tranquila. Detrás de Vitolo, Jonathan Viera y el resto de jugadores del primer filial vienen futbolistas de mucha calidad. Les veo a diario y disfruto incluso en los entrenamientos. Sólo hay que tener paciencia y darles una oportunidad como me la dieron a mí"."

GERMÁN, COMO XAVI

He tenido el placer de compartir vestuario con grandes jugadores de la historia de la UD Las Palmas", afirma orgulloso Federico Páez. "Creo que Germán ha sido el más completo, el mejor de todos los tiempos en nuestro equipo. Había que estar cerca suya para comprender la gran clase que tenía utilizando ambas piernas. Su visión del juego era espléndida, cuando él repartía el balón a los demás nos tocaba disfrutar. Muchos de los aficionados actuales no le vieron jugar. Germán estaría a la altura de Xavi en el fútbol actual". También destaca las cualidades de Tonono: "en aquel momento era el número uno de España y uno de los mejores centrales de Europa. La suya fue una gran pérdida, pero más por sus cualidades humanas".

Páez es una voz autorizada también para opinar sobre los extranjeros contratados por la UD Las Palmas a través de su historia: "Yo siempre he sido partidario del fútbol canario, pero he de reconocer que en mi época vinieron grandes jugadores extranjeros que se ganaron el respeto. Morete hacía muchos goles, era una gran ayuda. Tenía siempre unas ganas increíbles de marcar. Wolff tenía una calidad extraordinaria, elegante. O Brindisi: simplemente era maravilloso. Jugar a su lado te prestigiaba". Sitúa en una posición elitista también al chileno Jorge Conteras: "Entre los que vinieron posteriormente, Koke fue el mejor, marcó diferencias. Verle en el campo tocar el balón era ya un espectáculo. Superó a Brindisi, incluso, en los lanzamientos de faltas. Ha sido el especialista más cotizado de todos los que vistieron la camiseta amarilla".

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE OLSEN
Páez enlazó gran amistad con algunos técnicos cuando ejerció como asistente del primer equipo. Quedó muy unido al hispano-argentino Roque Olsen, especialmente en los últimos meses de estancia en Gran Canaria antes de su fallecimiento: "A Roque le cuidé como a un padre. Incluso le ayudaba en el baño. Él era un hombre muy fuerte pero la enfermedad le debilitó muchísimo. Sufría porque quería seguir en el cargo pues el fútbol era su mundo. La última noche que pasó en la isla, antes de viajar definitivamente a Sevilla, le despedí en su habitación. Estaba triste, mirando el mar por la ventana. A las seis de la mañana, cuando volví para llevarle al aeropuerto, seguía en el mismo sitio mirando al infinito y la cama sin deshacer. Apenas podía moverse; sufría de dolor".

El club también le encomendó trabajo extra de vigilancia a Sergio Marrero, cuando había que ayudar al defensa central en su progresión: "Como futbolista, Sergio era algo espectacular. El directivo don Manuel Betancort me pidió que fuera a buscarlo varias veces, para que acudiera a los entrenamientos sin falta. Una vez tuve que ir a un sitio del que no me quiero acordar, le decían el Changai. Tuve que ir acompañado por mi hermano para sacarle de aquel lugar. Sergio lo tenía todo para haberse llenado los bolsillos en el fútbol, pero no tuvo cabeza". También hizo labores de ayuda a Orlando Suárez: "tenía que irle a buscar para que almorzara en el Pagasarri y desayunara en los Hermanos Rogelio. A veces alguien debe encargarse de estas cosas para que los equipos funcionen".

LA CRUDEZA DE UN ERE
La llegada de la administración concursal generó un ambiente despiadado cuando la UD Las Palmas aplicó un expediente de regulación de empleo en el que quedaron afectados una veintena de empleados veteranos. Entre ellos, Federico Páez: "Fue un duro golpe. Después de tantos años, desde 1970 a 2006, me vi fuera del club. Salí con todo el dolor de mi alma y viví los momentos más duros de mi vida. Estaba triste. Sin embargo, he tenido la fortuna de que Miguel Ángel Ramírez se acordara de mí para volver a la entidad, que es mi casa. Nadie conseguirá jamás arrebatarme el cariño que le tengo a la Unión Deportiva Las Palmas".

RECUERDOS

FRÍO EN TUZLA."En Yugoslavia, cuando jugamos contra el Sloboda (septiembre de 1977) pasamos un frío tremendo. Era la época de Tito y las autoridades no permitían la calefacción a su población hasta que llegara octubre, para ahorrar. Compartí habitación con Hernández y lo pasé muy mal, tanto que dormía con varias mantas y el abrigo de paseo puesto".

SUPLENTE EN LA FINAL. "Tenía la ilusión de jugar algunos minutos en la final de Copa del 78, pero Muñoz no contó conmigo. Viví en el banquillo la derrota. Nos enfadamos mucho con el penalti injusto, aunque luego el Barcelona fue superior. Perdimos una gran oportunidad de conquistar el título pero regresamos con la sensación de haber cumplido con nuestro deber".

LA MUERTE DE TONONO. "Sabíamos que algo muy importante pasaba. Don Carmelo Campos comentó en voz baja que Tonono estaba muy grave y yo lo escuché, aunque luego me lo desmintió. Me enteré de su muerte de forma inesperada. Estaba en casa viendo por la televisión Estudio Estadio, que entonces se emitía los lunes por la tarde. Y lo primero que presencié fue una foto de Tonono y el anuncio de su fallecimiento. Esa noticia me impactó y no dejé de llorar durante días".

JOSICO, EL REFLEJO. "Entre los miembros de la actual plantilla me identifico con el juego de Josico. Es un fútbol sencillo: cortar y pasar. Aunque mis propios compañeros me decían que yo tenía clase para lucir más en los campos de juego. Sin embargo supe amoldarme a lo que los técnicos me pedían".

EL SUEÑO DE IRÍBAR. "Me reencontré con Iríbar hace unos años, cuando visitó Barranco Seco. Paco Castellano vino y le dijo que si me conocía, recordándole aquel gol de mi debut. Él se quedó mirando y asintió: "Me cogiste dormido", dijo".

LOS 'DICTADORES'. "No sé por qué motivo escapé a las eternas bromas de José Manuel León. A Félix le hizo una entrevista por teléfono y le decía que se oía mal porque había una tempestad. Nos reímos mucho. Siempre estaba junto a Germán, Tonono y Castellano. Yo, también en broma, les llamaba los 'dictadores' del equipo: Pinochet, Videla y Franco. En realidad eran unos veteranos ejemplares que ayudaron a hacer un vestuario muy unido".

LA ÚNICA SANCIÓN. "En mi trayectoria profesional sólo pagué una multa. El técnico era José Manuel León y yo me equivoqué en un entrenamiento diciendo algo que no debía. Reconocí mi error. León había sido mi compañero y luego mi profesor".

PERSONAJES."Una de las claves del éxito de la Unión Deportiva en aquellos años era don Jesús García Panasco, en los despachos, y don Carmelo Campos, a pie de césped. Con el primero había tanta confianza que uno no necesitaba negociar porque creía en su palabra. Y el segundo era como un padre para todos nosotros, que sabía dar consejos muy buenos cuando las cosas estaban especialmente difíciles".

EL PARTIDO DE BRATISLAVA. "Mi debut en Europa fue en Bratislava, contra el Slovan. Aquella gente apretaba de lo lindo para eliminarnos pero resistimos como jabatos. Yo no hacía otra cosa que mirar un reloj que había detrás de una de las porterías y, después del gol de Fernández, parecía que se había parado porque no pasaban los minutos. Fue un gran triunfo".

EL GOL DE MORETE. "Me acuerdo perfectamente porque jugué aquel partido que nos ganó el Sevilla en el Estadio Insular. Estábamos muy atentos a su marcaje y en la jugada que menos pensábamos fue cuando nos derrotó. Morete era un delantero muy difícil de cuidar".


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