Cazador, pescador y futbolista
07/05/2011

El sureño Pollo habla de sus aficiones y de su ensamblaje con la Naturaleza

Adrián Hernández no sólo heredó el apodo familiar para ser identificado en el mundo del deporte. El gusto por la pesca y por la caza corría por las venas de su padre y tíos, nacidos en la Gran Canaria profunda, tan cerca de hermosas playas moganeras y del agreste interior de la isla. Pollo se ensambla con la Naturaleza cada vez que puede, costumbre que adquirió desde los ochos años de edad cuando su padre, el luchador José María Hernández 'Pollo' del Lomo Quiebre, le inculcó las habilidades para capturar peces, conejos y aves. "Estas actividades las practico siempre que puedo", confiesa uno de los destacados amarillos en el empate del pasado fin de semana en el Heliodoro. "Cazo y pesco especialmente en vacaciones. El mar y la montaña me relajan, me sirve para reconciliarme con la Naturaleza y para desconectar".

La familia Hernández se crió en la Pensión Eva, propiedad de los abuelos del hoy jugador de la Unión Deportiva Las Palmas. Allí once hermanos crecieron disfrutando de los secretos del mar y de la profundidad de la montaña. "Vamos a pescar en una embarcación de mi padre, barco que bautizó también con el nombre de Lomo Quiebre. No me gusta la práctica deportiva con caña, porque la primera vez sufrí mareos. Practicamos el submarinismo en las zonas habilitadas para ello entre Tasartico y La Aldea, hasta la Punta del Descojonado. Las inmersiones duran dos o tres horas. Capturamos pulpos, chocos, bastantes viejas, gallos, morenas, ... La pieza mayor fue un mero de tres kilos. Y después de terminar la jornada organizamos asaderos en algunas de las playas para degustar las capturas".

Sólo Javi Guerrero se ha aventurado a acompañar en un paseo marítimo a Pollo, en una excursión que terminó con Tasartico. "Sí han venido de pesca, a curriquiar, Ángel López y David Silva. Nos divertimos muchísimo".

En cuanto a la caza, la familia Hernández posee ocho podencos canarios y un pointier, especializados en la localización de perdices y conejos. "Cuando estaba en Madrid, en el Atlético, echaba de menos mis tardes en la mar. Una vez sólamente pude ir de cacería a un coto. Me acompañó el majorero Braulio Nóbrega a cazar codornices"·.

M.B.

Comparte el artículo si te ha gustado
También te puede interesar