Raza de campeonas
02/07/2011

La madre (Enma del Pino Negrín) fue la primera internacional del CB Islas Canarias; la hija (Nieves Gil) celebra su título nacional en una competición donde fue considerada mejor jugadora infantil de la final

Enma del Pino Negrín fue la primera jugadora internacional del Kerrygold (otrora nombre del Club Baloncesto Islas Canarias). Se convirtió en uno de los primeros eslabones de la cadena de éxitos que no cesan. Dejó una estela en el basket femenino de aquel modesto equipo de Escaleritas que entonces gateaba en el concierto internacional. La raza de la madre se ha trasmitido a sus hijos: Elena (voleibol), Alejandro (fútbol) y Nieves (baloncesto). En casa de los Gil Negrín, residentes de Ingenio, hay tertulia deportiva de todos los colores, desde el desayuno hasta la cena. Porque además el padre, Javier Gil, puede aportar a la mesa del debate sus andanzas como portero de balonmano y jugador de voleibol. Esta semana ha tocado hablar de la joven pivot de catorce años que regresó a casa con el título nacional infantil y el trofeo de mejor jugadora de la final ganada por el CB Islas Canarias. Nieves (1.84 de estatura) es el reflejo de mamá. Dice Begoña Santana que "parece que veo de nuevo a Enma en el equipo. Hay una gran jugadora en ella y ha tenido también la suerte de rodearse de un buen conjunto".

A Nieves la convenció Enma para iniciarse en el baloncesto. "Jugaba al voleibol, pero las compañeras le llegaban al codo porque era muy alta. Creo que su mundo era la canasta. Hablé con Begoña y, desde que la vio, la convenció". Y de inmediato Nieves empezó a asimilar todos los fundamentos técnicos que la academia de Rodríguez Monroy enseña entre sus discípulas. La progresión ha sido muy rápida y en apenas dos años y medio Nieves se ha hecho un nombre en el equipo y en la Federación Española, porque está previsto que ingrese en la convocatoria para el Europeo Sub'14 que tendrá lugar en Eslovenia. "He tenido suerte porque mi madre", apunta la jugadora, "me da muy buenos consejos. Insiste en el asunto de que levante los brazos y que sea agresiva en defensa". Sólo tiene referencias de Enma por los vídeos que la familia ha recuperado de la etapa de jugadora: "Me parece que fue muy buena en su posición", puntualiza Nieves con la timidez de quien afronta sus primeras entrevistas en su hoja de ruta.

DOMINGO ELOGIA EL TRABAJO DE BEGOÑA

A Domingo Díaz se le instala la sonrisa en la cara cuando comprueba que su trabajo se transmite entre generaciones. "Esto es obra de Begoña, que estaba empeñada en sacar adelante al equipo infantil. Al principio de temporada pensábamos que íbamos a tener dificultades en el Regional. Sin embargo estas niñas tienen una capacidad de sacrificio y aprendizaje muy alto. Nieves ha destacado y ha hecho una gran campaña. Pero sólo está en el principio", recuerda la voz veterana.

Por su parte, a Enma le cuesta hacer una valoración de su hija como jugadora. Sin embargo recuerda que "ha llegado al baloncesto dos años años que yo. Lo ha hecho con doce años de edad y ya entonces medía 1,78. Mi caso fue distinto: de niña hacía deporte en la calle antes de iniciarme en el baloncesto a los catorce años. Practicaba fútbol, balonmano, voleibol, ... lo que fuera. Hasta que un día empecé con la canasta y conocí la disciplina de un equipo. Aquello era muy duro. Todavía me acuerdo de las gradas del López Socas. En nuestro hogar adoramos el deporte. Nos cuesta mucho sacrificio no sólo en alimentación sino en ropas, desplazamientos y coordinarnos porque vivimos en Ingenio. Nuestro hijo jugaba al fútbol en la Unión Deportiva Las Palmas pero decidimos que lo hiciera en la villa porque no había manera de coordinarnos todos para estar a tiempo en todos los sitios a la vez. Es un gran sacrificio, insisto, pero tiene muchas compensaciones", añade.

La mamá Negrín vivió in situ la fase final del Campeonato de España, ganada el pasado fin de semana en Vigo. "Cuando eres jugadora no asumes todo cuanto sucede a tu alrededor. Por eso disfruté muchísimo durante este campeonato de España. Me pareció la experiencia más bonita que he vivido. Espero que mis hijos también disfruten con el deporte porque mantengo la idea de que los que son buenos siempre tendrán salida. El éxito ahora puede ser secundario".

 

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