La persona encargada de coordinar un grupo de profesionales ha de ser un extractor de rendimiento. Ese concepto se aplica en la UD Las Palmas de forma extraordinaria en Sergio Suárez cada vez que está a las órdenes de Juan Manuel Rodríguez. Los números hablan por sí sólos y sorprenden más cuando el antecesor en el cargo, Paco Jémez, llegó a manifestar en un gesto de desesperación que "Sergio me tiene muy cabreado" porque no se explicaba su inconstancia o no lograba mantener una línea recta en su producción. Pero el hábil jugador de La Isleta multiplica su capacidad con el actual preparador amarillo: suma el doble de goles y añade más minutos y participación en el grupo. Su papel cambia de mejor cuando le dirige el técnico que le facilitó su bautismo en el fútbol profesional. Y entre ambos existe una relación futbolística que arroja excelentes dividendos para la UD Las Palmas.

No sólo es una cuestión de números porque sobre el terreno de juego Sergio se convierte en uno de los referentes del equipo en cualquiera de las posiciones que le sitúe Juan Manuel, incluso con determinación para los lanzamientos de faltas.

La temporada partirá con otros jugadores que también necesitan recuperar su mejor fútbol con el actual entrenador. Quizá el caso más llamativo pueda ser el del madrileño Portillo que llega a la UD precisamente convencido por el proyecto que le dibujó el técnico en las conversaciones antes de su fichaje. ¿Le sacará petróleo a esa zurda prodigiosa?. Otros futbolistas acuden a la llamada de Rodríguez con idénticas perspectivas que el mencionado Sergio. Curiosamente son también 'refuerzos' para la próxima temporada y hermanos. Nos referimos a Francis Suárez (tras su proceso de reciclaje en la Ponferradina) y de los gemelos Castellano, Javi y Dani, que han regresado dispuestos a recuperar la proyección que ofrecían antes de sus salidas del club.

Estos son, sin duda, retos personales para el entrenador de la UD Las Palmas y posibles medallas que añadir a su hoja de servicios en el club. Pero, lógicamente, para que unos asciendan otros tendrán que transitar en sentido opuesto.