Por Higinio Medina
Hoy, sin ir más lejos, en el encuentro que enfrentaba a la Real Sociedad con el Barcelona, vemos que un jugador de la categoría de Messi se tira al suelo al sentir que un defensa le tocaba ligeramente, con el fin, entendemos, de confundir al árbitro para que pitara penalti. En esta ocasión su gesto fue sancionado con falta y tarjeta amarilla.
En los últimos partidos que han enfrentado al Real Madrid con el Barcelona se han dado todo tipo de situaciones conflictivas, que por momentos se llegaron a tornar en violentas.
Hace algún tiempo oí a un jugador de infantiles comentar "a mayor gloria" que le había dado una patada a un contrario y a la vez que se acercaba para hacer como que le levantaba le escupía...
Evidentemente en ninguno de los párrafos anteriores vemos que se cumpla la premisa que debe imperar en el deporte, es decir el juego limpio.
No cabe la menor duda de que el fútbol es un deporte que genera pasiones y como tal es el centro de las miradas de millones de aficionados en todo el mundo, por lo que este tipo de acciones, que se ven día sí y día también en los terrenos de juego y que en muchas ocasiones no reciben el "castigo" que debieran, tendrían que erradicarse.
Sabemos que es muy difícil y habría que habilitar medios para evitar "el todo vale" y de alguna forma intentar eliminar la picaresca o la violencia no sancionada, por lo que los organismos deportivos encargados para ello deberían tener la capacidad suficiente para actuar de oficio y sancionar a posteriori acciones que en el terreno de juego pueden pasar "inadvertidas" para los árbitros y de esta forma actuar con responsabilidad ejemplarizante. La justicia debe ser ciega y debe ser igual para todos...
Volviendo a tomar como ejemplo, dada su importancia mediática, los últimos partidos entre Barcelona y Madrid vamos a poner un enlace en el que vemos acciones de jugadores del Barcelona, que en ningún momento justifican la reacción que han podido tener en jugadores del Madrid, pero que sí vienen a demostrar que no es oro todo lo que reluce y que debe llevar a que se analice y reflexione sobre las consecuencias que puedan tener en el desarrollo de la propia competición, así como la influencia que pueda llegar a ejercer en los más jóvenes que quieren aprender de sus ídolos:
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