Victoria del filial, tangana y, luego, paz
25/09/2011

El colegiado del encuentro entre Las Palmas Atlético y UD Telde recoge en el acta que no pudo identificar a los jugadores que participaron en los incidentes del final

Todo sucedió en un pis-pas. El colegiado grancanario Juan Pedro Duque Ferrer daba por terminado el partido entre Las Palmas Atlético y la UD Telde tras la jugada en la que Cristian Herrera certificaba el 2-0 al finalizar un rápido contragolpe del filial. Ni siquiera se sacó de centro porque el juez dijo en ese momento "basta". Pero la tensión acumulada durante más de 90 minutos de gran igualdad explotó en un instante. El segundo entrenador de Las Palmas Atlético, José Luis Padrón, recibía un impacto en rostro (testigos del filial aseguran que procedió del número dos teldense, Airám) y se montó un tumulto de jugadores, técnicos y auxiliares de ambos bandos con el objetivo de que se produjera la separación. La intensidad subió camino de vestuarios donde se registraron carreras y algunos insultos, pero sin más.

La tangana fue breve pero, como el partido, resultó intensa. El colegiado del encuentro reflejó sin embargo en el acta que no pudo "identificar a nadie en particular (...) Repitiéndose la confrontación en el pasillo que lleva vestuarios, haciendo acto de presencia la Policía Nacional en nuestros vestuarios", indicó en el documento Duque Ferrer. El estado de nerviosismo pronto culminó. El propio presidente de la UD Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, medió en él para serenar los ánimos. Y participó en la conversación con los dos técnicos, Pacuco Rosales y Víctor Afonso, que firmaron la paz antes de regresar a sus domicilios. Tendrán que hablar con algunos de sus jugadores porque no había caldo para tanta pimienta.

El malhumor teldense procedía de la jugada del 1-0 amarillo. Caía lesionado Echedey (que acudió a un centro hospitalario más tarde para ser atendido) tras recibir un balonazo de Ayoze. Las Palmas Atlético prolongó esa misma jugada que acabó con el gol de Borja. Algo que ya es habitual en los terrenos de juego porque muchos técnicos han seguido la iniciativa impulsada en su día por José Luis Mendilíbar, entonces entrenador del Valladolid, quien anunció que no echarían el balón fuera del campo a pesar de que pudiese haber algún jugador lesionado. Pero los nervios, con la mar, no tienen puertas.

 

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