Víctor Laguardia hizo saltar de sus asientos a la audiencia televisiva grancanaria cuando en el minuto 93 atinó a batir el pasado domingo al portero almeriense Esteban. "Cuando vi que el balón entraba me llevé una alegría tremenda" comentó este martes. El zaguero aragonés marcaba uno de esos goles escasos en los partidos de Liga pero cargados de emotividad, rescatando un punto y devolviendo algo de cordura en el marcador. "No estoy acostumbrado a marcar por mi condición de defensa. Mi último gol fue frente a Francia, en los Juegos del Mediterráneo de 2009; nos valió para disputar la final", recuerda el defensa central.

En realidad la UD Las Palmas acostumbra a sufrir más que a disfrutar estos tantos en la 'foto finish' de sus encuentros. En las diez últimas temporadas, desde 2002 hasta la vigente de 2011, los amarillos marcaron once goles pasados el minuto noventa de juego y, en cambio, sufrieron un total de 23 en sus redes.

MÁRQUEZ, AL TENERIFE

Sin duda el más emotivo de todos, por la trascendencia de aquel momento, fue el de Marcos Márquez al CD Tenerife en el minuto 95. Corría la campaña 2007-08 y el Estadio de Gran Canaria reventó de alegría. Es el célebre gol del "nos han robao".

El gol más tardío es obra de David González, en la campaña 2005-06 de Segunda B, frente a un especulador San Sebastián de los Reyes, que pagó con derrota su falta de ambición.

En contra, en cambio, Las Palmas ha sufrido 23 contratiempos como decimos. El tanto que más se hizo esperar fue el del levantinista Descarga, también en el minuto 98 de un partido que parecía cerrado con el 0-1. La expedición grancanaria regresó de Valencia con muy mal humor en aquel encuentro del ejercicio 2002-03 en la etapa de Yosu Uribe.

Y entre esos goles en contra figuran jugadores que luego fueron fichados por el club de Pío XII, como son los casos de Siro Darino (Universidad 2004-05, m. 92 para el 1-1) o los dos de Kenji Fukuda (Numancia 2006-07, m. 90 y 92 para el 2-0 y 3-0 respectivamente). También del ex amarillo Edu Alonso (Alavés 2003-04, m. 92 para el 1-2).

Son, pues, quince los momentos mágicos vividos en la última etapa del equipo desde su descenso de Primera. Instantes que tienen un gran valor anímico, una inyección de moral para seguir sumando, que es lo que cuenta.