Con diez puntos basta. Eso es lo que necesita el Gran Canaria en el hombre que refuerce su juego. Por el momento, una de las mejores defensas de la competición en la Liga Endesa, 68.5 puntos encajados de promedio, está carente de un acompañamiento ofensivo similar. Con 62,8 puntos anotados de media en los seis partidos disputados, el saldo de victorias - derrotas se compromete como el segundo más dramático de la historia del club en la máxima competición. Todo apunta a que Román Martínez, con la media ofensiva más baja del equipo, puede ser el sacrificado; pero no es el único responsable de esta situación.

La gráfica de las anotaciones del Gran Canaria en la competición doméstica es preocupante. Desde los 68 puntos anotados en el primer partido, la capacidad ofensiva isleña mantiene una línea que sólo conoce la cuesta abajo. En Alicante tocó fondo con los 55 puntos, que supone su décimo octava peor anotación en un partido ACB. Al margen de los puntos que se le pueden echar en falta a uno de los dos jugadores que ocupa plaza de extracomunitarios, existen otros factores que pueden ser corregibles con los mismos mimbres que ya tiene entre sus manos Pedro Martínez.

Salvo Haynes, ningún jugador del Gran Canaria supera, o al menos se aproxima, a la decena de puntos. El escolta estadounidense firma un promedio de 12,2 puntos; y los más cercanos a esta cifra son Spencer Nelson, con 8; y Michael Bramos, con 7,2. En este sentido, el Gran Canaria está sufriendo las bajas cifras de muchos hombres con respecto a actuaciones del pasado.

El conjunto amarillo echa en falta las excelencias ofensivas de hombres como Jaycee Carroll o CJ Wallace, pero también descensos en las estadísticas de jugadores como Taph Savané, quien hasta el curso pasado promediaba 9,9 puntos en los 235 partidos que había jugado con el Gran Canaria en la máxima competición, pero que en el presente curso no pasa de los 3,7. También Rey ha descendido de los 7,85 de la temporada pasada a los 5,7 del presente. Y el caso más alarmante es el de Taurean Green, que ha pasado a dividir por dos su rendimiento, de 8,8 a 4,2. Además, el base tocó en Alicante su record negativo de balones perdidos en la ACB, con los seis ‘regalos' de posesiones que hizo durante el partido.

UN SOLO TIRO LIBRE

En Alicante, además, se dio una circunstancia muy preocupante para el equipo. El Gran Canaria sólo fue en una ocasión a la línea de tiros libres, un caso muy extraño en la competición. La diferencia de faltas entre ambos equipos fue importante, 12 para el Lucentum y 26 para el Gran Canaria, y en lanzamientos francos, el conjunto local tuvo una ventaja sustancial, 22, de los que anotó 15; por el un solo lanzamiento de tiro libre de los de Pedro Martínez.

Esa estadística en el Centro de Tecnificación ha hecho que el promedio de anotaciones del Gran Canaria en este apartado haya descendido notablemente con respecto a lo ocurrido en la campaña pasada. Si bien hasta la jornada quinta, los guarismos eran bastante similares, con ese 1 de 1 en tiros libres ante el Alicante, las diferencias se hacen preocupantes.

En el global de la competición, el Gran Canaria es el tercer equipo más ‘castigado' por las decisiones arbitrales, con 24,33 faltas por partido, por detrás de Bilbao Bizkaia, 26; y Lagun Aro, 24,83. Los amarillos son, además, el segundo que menos falta fuerza de los rivales o le reconocen los colegiados a su favor, con 18,33; por detrás de los 18,17 del Fuenlabrada.