El homenaje póstumo al legendario jugador llenó Obispo Frías para el reencuentro de los legendarios del balonmano de Canarias
El viejo Obispo Frías se llenó de canas y de cuerpos curvilíneos este sábado. A los remozados muros de aquella instalación le costaba también identificar rostros y físicos, castigados por las horas de sol. Pero reconocía fintas, botes, lanzamientos y gestos de los que antaño fueron sus más ilustres residentes. Allí estaban los componentes del Canteras UD y del BM Escaleritas, acompañados por el entrañable Tres de Mayo, otrora incluso nave referente del balonmano de Canarias. Estaban casi todos porque acudieron a la llamada de la solidaridad, a despedir a uno de los más grandes deportistas de las últimas décadas. Se llenaron sus graderíos y el balonmano volvió a rescatar la ovación. Ganó otra vez Abilio y en esta ocasión no hizo falta verle volar.
A los actos en su honor asistieron también las instituciones: el Cabildo de Gran Canaria a través de su consejero de deportes Lucas Bravo de Laguna, el Ayuntamiento de la capital con el concejal Carlos Ester al frente, la Federación Española representada por el titular de la Canaria Blas Parrilla, la Insular con su presidente Florencio Sánchez, el presidente del Escaleritas -centro de operaciones de la organización de tan extraordinario acto- Tomás Ruiz, el del Canteras con Tomás Peña, también una amplia delegación de los históricos del Tres de Mayo con Francisco Silicia a la cabeza, el concejal de Valsequillo Eduardo Déniz, representaciones del Remudas, Somar, Gáldar, ... e, incluso, el internacional Dani Sarmiento, jugador grancanario del FC Barcelona, que hizo entrega a través de su padre de una camiseta de la selección española destinada al hijo de Abilio, Javier. En los asientos del graderío una representación del Gran Canaria femenino, también los ex presidentes canteristas Melquiades Vizcaíno y Felipe Trona, ... aficionados de los rincones del balonmano aún deseosos de rescatar este deporte para la ciudad. Todo ello amenizado por el periodista y entrenador Carlos Domínguez, micrófono en mano en el evento.
La inexplicable ausencia del Gobierno de Canarias habla por sí sola: que exista un vacío de poder en la Dirección General de Deportes no explica que los asalariados de la misma se inhiban ante tan importante convocatoria a pesar de que recibieron las correspondientes invitaciones.
Anabel, esposa de Abilio, Sara y Javier, sus hijos, y Juana, la hermana, representaron a la familia junto a cuñada y sobrinos. Emocionados recibieron una de las más sonadas ovaciones que se han escuchado en los últimos tiempos en aquel recinto. Antes, estuvieron en las gradas para presenciar el torneo triangular de veteranos finalmente conquistado por el Tres de Mayo tras decisiva victoria sobre el Canteras (10-7). Los otros dos encuentros acabaron con sendas igualadas entre Tres de Mayo y Escaleritas (11-11) y Escaleritas y Canteras (9-9). Este último marcador tuvo algo de truco porque el tiempo de juego había culminado y los 'chicos del barrio' hicieron la igualada.
La representación de los clubes en los partidos fue muy significativa e ilustra a las composiciones de aquellas históricas plantillas:
El Tres de Mayo alineó a Rosell, Izquierdo, Bercedo, Carolo, Reñasco, Tilo, Paquiño, Solabarrieta, Dorta, Reyes, Leo, Francisco Jiménez, Cala, Vizcaíno y Juan Carlos Auserón, bajo la dirección de José Luis Delgado.
El Escaleritas lo hizo con Antonio Salido, Machín, Martel, Salvador, Toni López, Marcos, Fredi, Javier Castellano, Juan Carlos Rivero, Juan Torres, Lobeto, Juani, Ambrosio, Monagas, Noda, Cristóbal Perera y Perico a las órdenes de Leoncio Castellano.
El Canteras formó con Juan Mateos, Agustín Medina, Manolo Reyes, Toni Santana, Carlos Castellano, Carmelo Marrero, Chicho Calero, Juan Pérez, Eugenio del Toro, Boro, Ezequiel, Miguel Ángel, Jan Lauridsen, Sulo, Paco Jiménez, Yoni, Alberto, Bola, José Luis Auserón y Diego, con la dirección de Antonio Álamo.
Hay gestos inconfundibles: cuando Felo tenía el balón se podía cerrar los ojos y verle otra vez flotando entre líneas y movimiento a todas las piezas. Es el mismo Felo de siempre, quizá por ello fue el último en llegar pudiendo participar sólo en el segundo partido. Fue como introducirse en una máquina del tiempo para ver la potencia de Jan Lauridsen, el danés que aún con los años ofrece un poderío físico extraordinario. Miguel Ángel, el gran capitan del Canteras, hizo de las suyas poniendo mucho picante en cada uno de sus ataques. En el Tres de Mayo sobresalieron el portero Rosell, que conserva una agilidad y reflejos imperecederos, al igual que Tilo, quien demostró que hay lanzamientos en suspensión que no tienen caducidad.
El que tendrá mucho que contar a sus amigos estos días es Monagas. Por las razones que fueran marcó uno de los goles más aplaudidos de la jornada; parecía que caía y cayó, parecía que perdía el balón y lo perdió pero se encontró con su ángel de la guarda y marcó en las redes del Canteras. Una vieja ilusión hecha realidad.
TOBA, OVACIONADO
La gran ovación también se la llevó a casa Cristóbal Tarajano. Él estuvo también en el pabellón y, aunque no pudo jugar, siguió al lado del doctor Arturo Gómez el partido de sus pasiones, el de la rivalidad capitalina grancanaria cuyas camisetas también defendió. Toba se llevó a su domicilio el corazón de todos sus ex compañeros, que le expresaron palabras de ánimo y deseos de verle otra vez en una cancha con la batuta en la mano y ese juego tan sencillo que resolvía todo aquello que era complicado.
Las gradas del Obispo Frías se llenaron, desde el prólogo al epílogo. Y la jornada terminó con un cóctel en los orígenes de todo esto: el Eliseo Ojeda. Tomás Ruiz, inquieto donde los hubiere, estaba detrás de todo, al igual que el ex entrenador Rolando Cardeñosa, además de Sulo, Pepe Ojeda y El Capi del Canteras. Las felicitaciones las recibe en primera persona.
Manuel Borrego
Los componentes de las tres plantillas con la familia del homenajeado (C. Torres)
El artículo de José Hernández, en un mural del Obispo Frías
El Instituto Municipal de Deportes añadió un mural dedicado a Abilio Mendes en la entrada de Obispo Frías. Eligió para su documentación un artículo de prensa publicado en Tinta Amarilla.estras el fallecimiento del legendario deportista: "¡Que jugadorazo!", lleva la firma de José Hernández, ilustrado con fotografías retrospectivas del malogrado balonmanista. También se entregó una réplica en formato menor para todos los participantes del torneo triangular y para los familiares y amigos. En la imagen, sus familiares y representantes de las instituciones, federación y clubes posan ante el lugar donde se exhibe la dedicatoria a Abilio Mendes. (C. Torres)