"El Trota y el Almogarén no son invencibles" comenta el dirigente deportista, que confía en la recuperación de Cirio Santana antes de la fecha estimada
Jaime Rivero Arencibia (27 de octubre de 1986) es su propio jefe superior. El destacado B del Castro Morales ofrece una característica poco habitual en el deporte federado: combina sus funciones como luchador en activo con las de presidente de su propio club, además de mandador auxiliar de la categoría cadete. Así que hace de la entidad luchística de Las Huesas prácticamente su casa y el centro de sus preocupaciones. "El equipo iba a desaparecer hace apenas un año", dice tras revisar las dificultades económicas con las que convive por falta de patrocinadores como antaño. "El Castro sobrevive por la vocación de todos sus integrantes. Decidí aceptar la presidencia para que entre todos pudiéramos salvarlo. De hecho nuestra directiva está compuesta por luchadores en activo: Cristóbal Santana es vicepresidente, Gonzalo Pulido secretario y entrenador de la escuela, y mi hermano Jorge el tesorero".
Con apenas 20.000 euros de presupuesto, el Castro Morales ha logrado no sólo salir a la competición en Primera categoría sino que es el único club de la órbita insular de Gran Canaria que posee una escuadra filial en las divisiones inferiores. "Y tenemos aspiraciones de conquistar todos los títulos que estén a nuestro alcance en las cuatro competiciones. Creo que hemos logrado reunir a la plantilla más competitiva de Gran Canaria, desde la cabeza hasta la cola", puntualiza a la vez que observa que "El Trota y el Almogarén no son invencibles. En la última luchada Oliver Mejías pudo derribarle una vez y, por momentos, pensamos que podíamos ganar. Lo vamos a seguir intentando".
UN FICHAJE A TRAVÉS DE FACEBOOK
El Castro Morales es el segundo poder actual de Gran Canaria y la primera oposición al liderato eventual del club de Valsequillo. "Hay grandes diferencias económicas en la lucha. En Tenerife, por ejemplo, el club con menos presupuesto maneja 70.000 euros. Nuestros luchadores están aquí porque sienten como suyo nuestro proyecto. Por ejemplo, Cirio Santana: su fichaje fue curioso porque lo realizamos a través de Facebook. En un chat conmigo me dijo si le íbamos a hacer un hueco en el equipo para intentar aspirar a un título regional, que es el único que le falta. Insistió y nos animó tanto que salimos a competir finalmente en Primera".
A pesar de los primeros exámenes tras la lesión de Santana, el presidente del Castro Morales se muestra optimista por la recuperación del puntal: "Estamos en contacto con el doctor Gerardo Garcés y con el recuperador David Medina, que estuvo en el FC Barcelona, y tenemos la esperanza de que Cirio esté en un terrero antes de lo previsto, quizá en dos meses. Incluso el tiempo de inactividad absoluta inicial se pueda acortar. La competición interinsular puede ser su referencia. La lesión (desgarre muscular y rotura de un tendón) ha sido complicada y muy dolorosa. Hoy mismo -miércoles- el Trota se ha acercado hasta el negocio de nuestro luchador para hablar con él y animarle. Fue un accidente, quizá porque se trataba de la primera lucha en aquella jornada de Cirio y no tenía el ritmo ni el calentamiento que su rival ya poseía. Salió al terrero con 7-8 porque veíamos la posibilidad de ganar la luchada con una ventaja superior a la del encuentro de ida. Juan Martel, nuestro mandador, hizo un planteamiento perfecto que se estaba cumpliendo hasta la eliminación de Cirio".
Jaime Rivero conserva una amistad personal con el líder del equipo, al que conoce por el paso de ambos en el Gáldar. "Cirio siempre está diciendo que es su última temporada. También ha afrontado la actual de esta manera pero vamos a tratar de ayudarle para que gane ese título regional que codicia y a convencerle luego para que se quede". Habla con esta ambición el presidente del club, quien no tarda en apuntar que "el esfuerzo que hemos hecho esta temporada es excepcional. Hasta hace poco sólo aspirábamos a salir en Tercera pero la situación se puso a favor con un equipo potente en Primera".
SACRIFICIO
El presidente-luchador administra un club que posee dos equipos seniors (24 licencias), además de los conjuntos juvenil, cadete, infantil y escuelas. "También tenemos un equipo femenino, con once fichas, que pronto se pondrá en marcha en su competición. La lucha canaria sobrevive gracias a una cantera que está tejida con los lazos familiares de luchadores". Sin embargo, no es su caso ni el de su hermano Jorge. Sus padres, residentes en Valleseco donde regentan un negocio familiar, no tienían una vinculación directa con el vernáculo deporte. De hecho la llegada de Jaime a la lucha canaria fue como producto casi del azar. Tenía 16 años cuando en una exhibición en el Instituto, Paco Santana le eligió para una agarrada. "Se dio cuenta de que no podía tirarme y avisó al entonces presidente del Castro Morales, Juan León, para que me hiciera una prueba". Y el destino quiso que León renunciara, también luego su sucesor Juan Suárez y por fin la presidencia recayera en aquel cadete que hoy es el epicentro de la entidad: "Las dificultades nos motivan también. El año pasado, pese a que la idea inicial era incluso la desaparición, estuvimos a gran nivel alcanzando las finales de la Liga y La Caja, pero ganamos la final regional de Segunda categoría, ante el Santa Rita. Era nuestro primer título absoluto senior. Toda esta situación no es nueva para nosotros".
Algo le dice que en medio de todo este lío de la crisis, el Castro Morales seguirá creciendo. Una contradicción o un firme aliciente.
Manuel Borrego
Formación reciente del Castro Morales, con su punta B Cirio Santana en el liderato (C. Torres)