Noche de goles, noche de fiesta
03/12/2011

Por Higinio Medina

"Así sí", comentaban algunos aficionados a la salida del Gran Canaria al término del partido que enfrentó a la Unión Deportiva Las Palmas con el Villareal "B"; otros no daban crédito: "por fin un partido sin sufrimiento". También oíamos por las escaleras, mientras abandonábamos el recinto de Siete Palmas, como muchos tarareaban el himno del equipo amarillo; incluso ya fuera del estadio el cántico de la Ultra Naciente: "Poco a poco me enamoré de tí..." Todo esto al final de los 95 minutos de juego y después de que al inicio del mismo se hubiera pitado al entrenador canario cuando por megafonía daban su nombre...

¿Qué ha pasado para semejante transformación de criterios desde el último partido?, la respuesta es bien sencilla: Se ganó y además con holgura. Creemos que ante un flojo rival, pero fue suficiente para que el estado de ánimo se transformara por completo. Atrás quedan cuatro jornadas para olvidar y ahora el futuro vuelve a ser ilusionante..., eso sí, hasta que se vuelva a perder.

El responsable técnico ha vuelto a realizar modificaciones. ¿Qué ha cambiado?, pues que se ha ganado. No vimos a nadie que criticara el planteamiento, ni siquiera la "pájara" que le entró al equipo en algunos momentos de la segunda parte; sencillamente porque se ha ganado y no es que disfrutásemos de un partido vibrante, pero se ha ganado.

Una cosa tenemos clara después de este triunfo: durante esta semana no se pedirá la cabeza del técnico, a la que algunos ya habían puesto fecha de caducidad...

Es evidente que todo lo que rodea al fútbol es tema para una tesis doctoral, para un análisis sociológico; pero no es menos evidente que se debe remar siempre en la misma dirección si se quieren obtener resultados, y aunque es lógico que se viertan comentarios, siempre desde la reflexión y para que se reflexione, no debemos caer en la tentación de demonizar en una sola persona todos los problemas aunque ésta sea el líder, porque la responsabilidad es de todos los que están en el barco y también de los que están fuera de él; como si de una gran familia (que lo es) se tratara.

La implicación, la actitud y la aptitud siempre han de estar presentes. Que las felicitaciones de los propios compañeros al portero debutante y los aplausos del público puesto en pie al final del partido sean el referente que marque la hoja de ruta a seguir para conseguir el objetivo prioritario cuanto antes: la permanencia y luego, luego ya se verá...

 

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