Juan Espino arengó esta semana a sus compañeros recordando la capacidad del adversario al que tenían que batir en la gran final
La victoria en el episodio final de la XXXIII Liga Cabildo de Gran Canaria no iba a pasar exclusivamente por un hombre. Fue el mismo Juan Espino Trota el que esta semana reunió a sus compañeros antes de un entrenamiento, sentándoles en el graderío del mismo escenario de la final con permiso del mandador Julián Bolaños. Y les hizo ver la dureza de la luchada que les esperaba el viernes ante el Castro Morales. "Almogarén no es sólo El Trota", les dijo. Rescató así el orgullo y logró eliminar con sus palabras una de las principales incógnitas del cruce entre los rivales vecinos: cuál de los dos conjuntos tenía mejor media o si era cierto que la del Castro Morales estaba un peldaño por encima de la del Almogarén.
La última vez que ambos equipos se midieron, ya sin el lesionado Ciiro Santana, el puntal A del club de Valsequillo tuvo que apear a cinco rivales. Si la estrategia planteada por Juan Martel hubiese dado su fruto, Trota habría tenido que ponerse el traje de faena para hacer siete puntos. Esta noche, sin embargo, sólo necesitó dar el tiro de gracia al Castro Morales con dos acciones rápidas a David Toledo. Humberto Vera y Aridane Ramírez entendieron el mensaje de su líder y ratificaron en la final la notable temporada que ambos han desarrollado.
Sin embargo, Juan Espino no trasladó el mensaje a Agustín Mayor, que reside en Lanzarote donde trabaja y entrena con el Tías y que sólo viaja a Gran Canaria los fines de semana. Ajeno a todo ello, el Pollo del Cortijo IV se motiva sólo. Y aún le sobran fuerzas para contagiar a sus compañeros durante la batalla deportiva, como hizo con Aridane Ramírez -su fiel aprendiz y asistente cuando da la vuelta al terrero tras una agarrada- en el fragor de su agarrada con Gustavo Díaz y tras perder el primero de los parciales. Mayor miró a los ojos de Ramírez y se lo explicó con dos palabras: "¡Aridane: Pummmmm!; no esperes". Eso hizo en el segundo y tercer cruce, resueltos con autoridad por el senior del Almogarén.
Los consejos del Trota no habían terminado. Tras la última victoria parcial de la noche y una vez el trofeo estaba en su posesión, el coloso de Guanarteme reunió a sus compañeros y se los llegó al vestuario casi de inmediato. Hubo que sacarles de allí porque se olvidaron de la foto de rigor. Tras ésta, volvieron y fue en la intimidad donde se produjo la celebración colectiva del equipo. El respeto a todo lo que conllevó la presencia del Castro Morales en la final les llevó a que las muestras de alegría quedaran para ellos. "Queda mucho este año, esto no ha hecho sino empezar", nos dijo Espino.
El encendido público de Valsequillo disfrutó del gran momento de forma que ha mostrado su equipo en la competición insular. Ahora tocará echar el pulso ante los poderosos conjuntos de la provincia de Tenerife donde Almogarén se autoconvence: sigue siendo mucho más que el Trota.
Manuel Borrego