Las manos de David Álvarez (36 años) miman igual la danza de Thierry Henry que la potencia del puntal Cirio Santana. Para todos tiene consejos y cuidados profesionales. El fisioterapeuta grancanario agota sus últimas horas en la isla porque el domingo parte rumbo a Londres y, posteriormente, a Nueva York hasta finales de año. Su vínculo contractual con el galo Henry, del que es su recuperador personal, le abre un nuevo expediente de seis semanas en el Arsenal londinense, club al que regresa el delantero francés durante mes y medio antes de reincorporarse a la disciplina del Red Bulls neoyorkino. En este equipo de la Major Soccer League, Álvarez es también el preparador físico tanto del jugador como del conjunto, con una responsabilidad más amplia.

Dura actividad la suya. Henry le convenció hace una temporada para que dejara su trabajo en el FC Barcelona y le acompañara allá donde acudiera. Quería tener a su lado esas manos milagrosas que logran que el rendimiento del fino estilete galo no decaiga. "Henry es un animal", comenta David Álvarez mientras atiende al puntal lesionado del Castro Morales, que escucha en una de las camillas del centro Terapias Acuáticas de Canarias, en La Cornisa. "Hay que mimarle mucho porque es un jugador muy competitivo. Mi trabajo con él es constante pero es un futbolista que se ha cuidado bien y posee una gran resistencia".

Cuando Cirio Santana cayó lesionado frente a Juan Espino Trota encontró en Álvarez una luz en el túnel. Quería evitar a toda costa pasar por el quirófano y sabía que "es el mejor recuperador y tiene tecnología punta en su profesión", argumenta Santana. "Al principio sentí mucho dolor, pero ahora ya puedo levantar el brazo apenas seis semanas después de la lesión. Incluso hace unos días he recibido el alta médica laboral, para poder incorporarme a mi puesto de trabajo. Otra cosa es el alta médica deportiva. Tendremos que esperar porque la recuperación es más lenta de lo que esperábamos. Prefiero no arriesgar".

David Álvarez contempló la lesión de Cirio a través de los resúmenes videográficos de aquella luchada con el Almogarén. "Fue una lesión muy seria", advierte. "El primer objetivo era evitar el quirófano, porque se trataba casi de un arrancamiento del tendón de la insercción del pectoral mayor derecho y también una lesión similar parcial del biceps. El método seguido", continúa, "es el tradicional; lo que ha cambiado es la tecnología que ahora es más avanzada. Nosotros ayudamos a su organismo a producir nuevas fibras y la recuperación depende en gran parte de la calidad del tejido" y de que la cicatrización sea correcta. "Cirio puede hacer vida normal; competir, en cambio, es otra cosa. Le aconsejo que tome sus decisiones sobre su futuro cuando esté recuperado al ciento por ciento".

Ese mensaje ya estaba asumido por el puntal. "No aceleraré nada, pero tampoco descarto nada (en alusión a la posibilidad de colgar la ropa de brega). Ahora mismo no me veo como mandador porque me conozco bien. Amo mucho la lucha y si me acerco a un terrero acabaría luchando otra vez. Esa posibilidad me la plantearía más adelante".

Cirio está satisfecho porque ha ayudado a encontrar una solución con la llegada de Romen Luis Catire IV. "Le llamé personalmente para convencerle. Sabía que yo no iba a llegar a tiempo para el resto de la temporada. Y era una pena que el Castro, con el equipazo que tiene, saliera a competir sin un puntal. Catire era el ideal".

Cirio Santana es capaz ya de levantar su brazo dañado totalmente, sin dolor. Le dice adiós a David Álvarez y bromea con fina ironía: "Ahora que te vas otra vez no podré lesionarme hasta el mes de noviembre ...."